Los principales mercados internacionales registraron ayer alzas de hasta un 5 por ciento. Los inversores volvieron a moverse al ritmo de los rumores, los cuales siguen sin confirmarse. La situación también demuestra el lobby del establishment para presionar sobre nuevas medidas que favorezcan al sector financiero. Las versiones volvieron a girar en torno de una ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), la aprobación rápida de un nuevo tramo del paquete de ayuda para Grecia y una posible reducción de la tasa de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Por su parte, el Parlamento griego aprobó un resistido proyecto de tasa inmobiliaria para que los acreedores del Eurogrupo y del Fondo Monetario Internacional liberen el rescate. El euro se recuperó y se ubicó en 1,36 dólar.

No hubo un dato económico concreto que justificase la amplia mejora que evidenciaron los indicadores bursátiles más allá de los dichos de funcionarios de la Eurozona. Debido al alto nivel de contagio para la región que podría tener un default griego, la atención estuvo centrada en los avances en cuanto a una pronta aprobación de un nuevo tramo de 8000 millones de euros del préstamo europeo y del FMI a esa economía. Con el objetivo de obtener el visto bueno de los organismos responsables de ese desembolso, el gobierno griego logró en una ajustada votación en el Parlamento la impopular tasa inmobiliaria. El nuevo impuesto, que deberán pagar incluso desempleados y jubilados, le permitirá recaudar 2000 millones de euros para cubrir un agujero presupuestario de 1700 millones que alejaba al país heleno del objetivo de reducir este año el déficit al 7,6 por ciento del PIB.

El jefe de gobierno griego, Giorgos Papandreu, aseguró desde Berlín que mantendrá sus promesas y saldrá de la crisis, en tanto que el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, aseguró que recibirán el próximo tramo de ayudas “a tiempo”. Venizelos desmintió además que Atenas esté planteándose una reestructuración ordenada de la deuda pública. Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, rechazó una salida de Grecia de la Eurozona, al considerar que “no soluciona el problema”. Dijo también que en la reunión de ministros de Finanzas del Eurogrupo, prevista para el lunes próximo en Luxemburgo, no se decidirá sobre el desembolso del programa de ayudas, debido a que primero la troika –integrada por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo– tiene que presentar su informe. La troika regresará a Atenas a mediados de la próxima semana. Papandreu aseguró que recibió el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, sobre el rescate.

Los inversores también se esperanzaron ante la posibilidad de un recorte en la tasa de interés del BCE y una ampliación del Fondo de Estabilización para la región: un fondo multimillonario de rescate a economías cerca del colapso. No obstante, Juncker aseguró que el FEEF no será ampliado, sino que se potenciará su eficacia. “No aumentaremos el volumen financiero del Fondo, sino que pretendemos que sea usado con la mayor eficacia posible”, detalló el presidente del Eurogrupo ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Del ajuste en la tasa del BCE no hubo nuevas desmentidas oficiales.

El índice madrileño logró un alza de 4 por ciento. En ese contexto, España colocó 3225 millones de euros en letras a tres y seis meses, aunque a un interés más elevado que en emisiones anteriores. La Bolsa de Francfort ganó 5,3 por ciento y París evidenció una mejora de 5,8. La plaza de Milán ganó un 4,9 por ciento y en Londres la recuperación fue de 4,1 por ciento. Del otro lado del Atlántico, Wall Street cerró con un desempeño más modesto: el Dow Jones tuvo un alza de 1,3 por ciento. Esto se debió a las profundas diferencias que quedaron expuestas dentro de la Eurozona, las cuales se hicieron públicas luego del fin de las operaciones en el Viejo Continente, horas antes del cierre en Nueva York.