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Un grupo de oficiales de Justicia e inspectores de AFIP llegaron ayer hasta la sucursal de Daimler-Chrysler, ubicada en Libertador al 2200, para investigar una presunta maniobra de evasión fiscal denunciada por un ex concesionario de la empresa. Por defectos formales en la orden impartida por el juez Guillermo Tiscornia, el allanamiento no pudo concretarse. Sin embargo, la investigación sobre la firma que comercializa la prestigiosa marca Mercedes Benz seguirá, y en dos juzgados diferentes.
Según el vocero de la empresa, el punto de partida del expediente es la demanda presentada por un concesionario que fue desvinculado. Entre los reclamos por los daños y perjuicios que le habría producido esa desvinculación forzosa, el particular en cuestión reclama a la automotriz la devolución de un importe que le habría pagado por la publicidad de cierto período, por un monto cercano al millón de pesos.
Esta versión, que formalmente la firma presentó ayer ante Página/12, no coincide exactamente con otra difundida ayer acerca del alcance de la demanda que el ex concesionario habría presentado contra Daimler-Mercedes. Según esta última, la terminal habría evadido impuestos a través de fondos supuestamente destinados a la publicidad que habrían manejado tres agencias diferentes.
Aunque los vicios formales no permitieron concretar el secuestro de la información que había dispuesto Tiscornia, la supuesta estafa al fisco seguirá siendo motivo de análisis en el fuero penal y económico, de ese magistrado, pero también en el penal número 46, a cargo de Julio Corvalán de la Colina.
La embestida contra Chrysler tuvo lugar casi en el mismo momento que el presidente de la Cámara de Comercio Automotor, Guillermo Dietrich, lamentó por insuficientes los 25 millones de pesos asignados al plan de rescate de Boden 2012, que permitirá a sus tenedores comprar vehículos O kilómetro. Los concesionarios pidieron al Gobierno que el monto se suba a 400 millones. Así, por la vía de ese canje, podrían venderse 15 mil unidades contra sólo 1200 actuales.