Jueves, 25 de octubre de 2012 | Hoy
ECONOMíA › GENERAL MOTORS INVERTIRá 450 MILLONES DE DóLARES PARA PRODUCIR UN NUEVO MODELO EN ARGENTINA
La prolongación de la crisis en los países centrales empuja a las multinacionales a pelear los mercados de más crecimiento. El nuevo modelo apunta a ganar espacio en Latinoamérica, no sólo en Brasil y Argentina.
Por Javier Lewkowicz
La automotriz General Motors anunció ayer que invertirá 450 millones de dólares para producir un nuevo modelo en su planta de General Alvear, Rosario. Será un auto mediano, con mayor nivel de tecnología y más caro, cuyo lanzamiento está previsto para octubre de 2015. Generará exportaciones por 1200 millones de dólares al año, con lo que la empresa podrá equilibrar su balanza comercial, aseguró el presidente y CEO de la firma, Dan Akerson, a la presidenta Cristina Fernández al presentarle la novedad. Las automotrices buscan, frente al estancamiento de los mercados de los países desarrollados, profundizar su estrategia de crecimiento en economías con mayor dinamismo, como Asia y América latina.
La firma también se comprometió a elevar los niveles de integración local. “Además del nuevo modelo, la inversión supone adecuar toda la planta a una tecnología de carácter global, en función de los nuevos esquemas de producción que se utilizan en otros países. Se trata de un salto cualitativo”, señalaron fuentes de Industria, que resaltan que en las ventas de la filial local pasarán a tener más peso otros países de la región, además de los tradicionales mercados de Argentina y Brasil. Otras empresas que operan en el país utilizan tecnologías más modernas.
El nuevo modelo se agregará al Classic y Agile, que actualmente son fabricados por la firma en el país. Se producirá sólo en Argentina, para exportar a la región. Ocupará un segmento mediano, de mayor contenido tecnológico, una línea novedosa para la filial local.
Al encuentro de ayer con Cristina Fernández asistieron Dan Akerson; los titulares de la firma en Sudamérica y Argentina, Jaime Ardila e Isela Costantini, respectivamente, junto al secretario general de Smata, Aldo Pignanelli. También estuvieron presentes Hernán Lorenzino, ministro de Economía; Javier Rando, secretario de Industria, y Andrea Bovris, jefa de Gabinete de esa cartera. “Alentamos este tipo de inversiones productivas que apuestan al mercado nacional, con la generación de valor agregado, equilibrio de la balanza comercial y exportaciones hacia la región”, señaló la ministra de Industria, Débora Giorgi. La Presidenta se mostró interesada en el recambio tecnológico que supone la inversión.
CFK recordó durante la reunión que para la producción del Chevrolet Agile, General Motors recibió en junio de 2009 un préstamo de 259 millones de pesos de parte de la Anses, que repagó de manera anticipada. Los directivos ayer reconocieron ese esfuerzo. El proyecto del Agile demandó una inversión de 500 millones de pesos, que corrió peligro por el estallido de la crisis internacional, cuando la compañía recibió un rescate de 25 mil millones de dólares de parte del Estado norteamericano. “Nos rehusamos a dejar que Detroit se fuera a la quiebra”, justificó días atrás Obama. En Estados Unidos se bromea al llamarla “Government Motors”. En la actualidad todavía el Tesoro posee un 26 por ciento de la firma. De hecho, Akerson, quien estuvo ayer en la Casa Rosada, es uno de los miembros del directorio nombrados por el equipo económico de Obama.
Desde la década de los ’80 las automotrices comenzaron a plantear la necesidad de trabajar con una lógica mundial. Se procuró en la industria avanzar en la producción de un auto global, deslocalizando al máximo la cadena de valor para aprovechar las ventajas comparativas de cada región, también en función de las nuevas posibilidades que abrieron las economías del ex mundo soviético y frente a la creciente competencia entre las firmas del sector para abaratar costos. También influyó la paulatina saturación de los mercados tradicionales, como Estados Unidos y Europa. Sin embargo, diversos factores jugaron para que las estrategias regionales tengan más peso que las globales. En el caso del Cono Sur, las compañías, beneficiadas por el régimen de privilegio, tienen una estrategia de complementación en Argentina y Brasil.
La profunda crisis económica en los países desarrollados motiva a las automotrices a mirar todavía más hacia mercados con mayor dinamismo. Según los últimos datos, las ventas de GM en Estados Unidos cayeron y los ingresos bajaron un 40 por ciento anual, especialmente traccionados en forma negativa por Opel, la alicaída división europea.
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