[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Parece que más de uno se tomó en serio la promesa presidencial de “poner traje a rayas a los evasores”. El juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky allanó ayer una treintena de selectas confiterías y restaurantes de Capital, investigados por presunta evasión tributaria mediante la alteración de los controladores fiscales. En la AFIP calculan que el monto global de evasión superaría los 3 millones de pesos. Y ahora están sobre la pista de una organización dedicada a vender a los comercios la llave para evadir: un sistema informático, llamado Mastercash, que permite falsear los controladores fiscales, la caja negra, supuestamente inviolable, que copia para la DGI toda la facturación del negocio.
Los procedimientos, efectuados en locales gastronómicos del centro y los barrios Norte, Recoleta y Palermo, fueron dirigidos por agentes de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y de Gendarmería Nacional. Según la denuncia de la AFIP, la maniobra investigada consistiría en un sistema de facturación apócrifo que permitiría “reprocesar” tickets ya emitidos, para hacer figurar menores ventas y así declarar impuestos inferiores a los que se deberían tributar.
Para comprender la maniobra vale el siguiente ejemplo. El mozo lleva al comensal su ticket por 25 pesos –lo que efectivamente consumió–, emitido por la máquina registradora, con su correspondiente controlador fiscal. Pero la operación no queda inmediatamente copiada en la memoria del controlador. Porque el programa informático Mastercash demora 14 minutos su registro en la caja negra. En el ínterin, si el cliente no se llevó el ticket o la factura, el mozo lo devuelve al cajero para su destrucción y, en su lugar, queda registrada una operación por, digamos, 2,50. “Esto es un buen alerta para no dejar el ticket en el restaurante, hay que llevárselo siempre”, dicen en la AFIP.
El falseamiento de los tickets habría permitido a los involucrados evadir impuestos como el IVA y Ganancias por una suma superior a los 3 millones de pesos. Pero en la AFIP confían en que el valor real de las ventas permanezca registrado en la contabilidad interna de los negocios, usualmente gravada en disquetes.
El magistrado ordenó que se incautara documentación contable máquinas y soportes magnéticos de todo tipo relacionados con el doble sistema de facturación. Entre las confiterías y restaurantes allanados figuran Scuzzi, en Vicente López al 1600; Niza, en Juncal 2700; Propizio, en Pueyrredón 1300; Tobas, en Córdoba 2600; Del Pilar, en Las Heras al 2000 y Cartoon, en Riobamba al 1100.
El próximo paso de la investigación será avanzar sobre la organización dedicada a vender el mencionado Mastercash, la cual estaría integrada, entre otros profesionales, por contadores y abogados.
En lo que va del año, la AFIP hizo 430 denuncias por unos 230 millones de pesos de evasión. Actualmente, en la Justicia hay en trámite 7000 causas penal tributarias en todo el país por un monto de 3000 millones de pesos. El problema es que la mayoría están cajoneados: el promedio de resolución de las causas fiscales es hoy de 5,5 años. De ahí el interés del gobierno de poner en marcha, cuanto antes, el fuero penal tributario.
Por otro lado, la Dirección de Rentas de la provincia de Buenos Aires intervino la caja del patio de comidas de la empresa Showfood SRL, ubicado en la localidad de Munro, con el fin de retener un porcentaje del dinero que ingresa al comercio hasta cobrarse la deuda impositiva que la firma mantiene con el fisco.