La cotización del dólar blue continuó ayer en torno de los 8,30 pesos, con leves variantes respecto del cierre del lunes, cuando había retrocedido entre 25 y 30 centavos. Se trató de una jornada marcada por la falta de operaciones de compraventa, lo que se explicó por el casi inexistente volumen de billetes inyectado por los cambistas en el circuito ilegal. El dólar oficial no tuvo variaciones, ubicándose en torno de los 5,12, mientras que las reservas del Banco Central descendieron levemente hasta los 40.823 millones.

Las advertencias oficiales sobre la intención de reforzar los controles sobre el mercado negro habrían inducido a contraer la cantidad de operaciones, después de que la semana pasada se alcanzara la cotización record de 8,75 pesos en el marginal, encendiendo luces de alerta. Aunque desde el Gobierno se sostiene que el valor del marginal no afecta la economía real, una brecha con el dólar oficial superior al 70 por ciento es esperable que tenga impacto sobre las expectativas de devaluación, a la par de la histeria colectiva que produce semejante valor.

Según las referencias de agentes y analistas del mercado, desde fines de la semana pasada las negociaciones en la plaza paralela se encuentran virtualmente desactivadas. “Después del tono fuerte con el que fuentes del Gobierno hablaron con las mesas de dinero, parece que los cambistas se tomaron las vacaciones de Semana Santa por adelantado”, dijo un analista financiero a Página/12.

Una de las principales preocupaciones en el mercado era que el feriado de Pascuas iba a agregar, con el correr de los días, mayor presión sobre la cotización del blue, en un contexto en el que la AFIP no se mostraba dispuesta a sacrificar dólares por motivo de turismo. Sin embargo, ahora muchos comienzan a pensar que el paralelo tuvo una sobrerreacción durante la semana pasada y eso justificó que posteriormente se desinflara.

En un caso o en otro, los especuladores se manejan con mayor cautela y parecieran haber optado por esperar hasta que pase el feriado largo antes de tomar una posición tan prolongada (siete o diez días). “Hoy el dólar paralelo es una montaña rusa, con la particularidad de que siempre sube más de lo que baja”, graficó con algo de escepticismo un analista de la city. El economista indicó que ésta será una dinámica duradera si no se logra cambiar el patrón de ahorro de los argentinos, que se refugian históricamente en el dólar.

Desde el Gobierno, por su parte, relacionan la existencia del blue con los costos de reacomodamiento de una economía que implementó un giro estructural en la administración de su mercado de cambio. Como resultado aparecen sectores que, durante un tiempo, se mostraron reticentes a aceptar las nuevas reglas de juego, manejándose en la ilegalidad.