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Por C. Z.

Preocupado por la constante caída del crédito, el Banco Central tomó medidas para revertir la tendencia: disminuyó sensiblemente los encajes bancarios. La liberación neta de fondos alcanzaría a 1000 millones de pesos. “Queremos dar una fuerte señal de que nuestra prioridad es la regeneración del crédito”, señalaron a Página/12 desde el Banco Central. El Gobierno depende de tener éxito en su objetivo para afianzar la reactivación económica.
La iniciativa se tomó a pesar de la enorme liquidez de la que disponen los bancos. Las entidades financieras tienen depositados 16.660 millones de pesos en sus cuentas corrientes en el Central, a los que se suman otros 3128 millones en efectivo en las sucursales. Es decir, la renuencia de los bancos a prestar no tiene nada que ver con una cuestión de liquidez. La excusa de los banqueros es la insolvencia patrimonial. Acusan al Estado por la falta de compensaciones por la eliminación del CER a los créditos y por los amparos abonados al tipo de cambio libre. Sin importar que ya fueron compensados con bonos por 10.000 millones de dólares por la pesificación asimétrica. Los financistas también aducen que no pueden otorgar créditos si les impiden ejecutar a los morosos.
En medio de las presiones de los banqueros, a las que acompañará Horst Koehler durante su visita, el Central redujo cinco puntos en promedio las inmovilizaciones que las entidades financieras deben efectuar por los depósitos que reciben. Si bien esa liberación asciende a 3400 millones de pesos, ésta se ve parcialmente compensada por otros efectos monetarios. Algunos estacionales, como la mayor demanda de dinero por las vacaciones de invierno, y otros permanentes.
La mayor disponibilidad de dinero presionará la baja a las tasas de interés. En el Central creen que la profundización de este fenómeno, incentivará la demanda de crédito. El stock de préstamos cayó en 22.000 millones desde el colapso de la convertibilidad. En las últimas semanas se notó una desaceleración de la caída en los préstamos de corto plazo. Con las medidas, los encajes en las cuentas a la vista bajaron de 35 a 25 por ciento. Mientras que en los plazos fijos inferiores a 30 días, la disminución será del 22 al 18 por ciento; del 19 al 14 en los de 30 a 59 días, y del 18 al 10 por ciento en los de más de dos meses de plazo.
“Ya terminamos de ajustar las normas prudenciales. Era la herramienta legal que necesitábamos para dar este paso. Se abrió un camino hacia normas que permitan un crecimiento y una mayor calidad de los préstamos”, concluyó un directivo del Central en diálogo con este diario.