El presidente de Repsol, Antonio Brufau, no demoró en responder la decisión que tomó el jueves por la madrugada el directorio de YPF para promover una acción social de responsabilidad en su contra por el pago de honorarios mayores a los autorizados por la asamblea de la petrolera que hoy está bajo control estatal. El reclamo será por un cifra cercana a 200 millones de pesos. Durante la junta general de accionistas de Repsol celebrada ayer en Madrid, el empresario catalán rechazó las acusaciones por mal desempeño en el cargo y calificó las acciones legales de “extemporáneas” y “sesgadas”. “YPF sólo quiere de-senfocar sus problemas”, expresó Brufau, quien amenazó con iniciar acciones legales si prospera la acción en su contra. El presidente de la petrolera española reiteró que la firma pretende cobrar una compensación por la expropiación de sus activos en Argentina.

El informe de YPF sostiene que Brufau autorizó en forma personal y directa remuneraciones en exceso entre 2004 y 2011. Los pagos excesivos más onerosos corresponden al período 2008/2011, en coincidencia con el ingreso del Grupo Petersen en la compañía. En el último año de la gestión del catalán, la diferencia entre lo autorizado y lo efectivamente pagado fue de 44 millones de pesos. Según establecieron las auditorías de la firma, los montos percibidos por los directores en exceso de lo aprobado por las asambleas están en el orden de los 138 millones de pesos en los últimos años. El documento explica que algunas remuneraciones fueron autorizadas por el departamento de Recursos Humanos de Repsol, entonces accionista controlante de YPF, cuyo presidente también era Brufau.

Las acciones de responsabilidad serán iniciadas en las próximas semanas contra el catalán y los beneficiarios de esos honorarios excesivos “por los daños y perjuicios causados a la empresa”. Desde la petrolera sostienen que la percepción de honorarios en exceso de lo aprobado por el directorio y la asamblea representa una violación al artículo 261 de la Ley de Sociedades Comerciales y un incumplimiento al artículo 14 del estatuto de la petrolera, ambos referidos a las remuneraciones de los directivos. Los representantes de las acciones de Repsol en YPF señalaron durante la reunión que los honorarios están “contabilizados” en los balances y por lo tanto no son irregulares, mientras que desde la gestión estatal afirman que los montos efectivamente pagados autorizados por Brufau violan las cifras habilitadas por la asamblea y el directorio.

La asamblea de YPF del jueves coincidió, no sin intencionalidad, con la celebración de la junta de accionistas de Repsol en Madrid. La reunión de los accionistas de la petrolera bajo control estatal había comenzado el 30 de abril y, autorizado el pago de dividendos y la reinversión de utilidades, el análisis del informe “en relación con la percepción de honorarios en exceso por parte del directorio” pasó a cuarto intermedio hasta el jueves, cuando se decidió la acción contra Brufau.

“Queremos negociar, sin lugar a duda, queremos recibir nuestra compensación y estamos dispuestos a plantear a las autoridades argentinas cualquier posibilidad de que se nos pague lo que entendemos que es justo, puedo garantizar que no vamos a renunciar bajo ningún concepto a recuperar lo que es de todos ustedes”, afirmó Brufau durante la asamblea de Repsol. La petrolera española reclama como compensación por la expropiación de Repsol en los tribunales internacionales más de 10 mil millones de dólares.

Los abultados y excesivos montos cobrados por los ejecutivos de las multinacionales fueron eje de la indignación a partir del estallido de la crisis financiera internacional. Las acciones de responsabilidad se basan en una falta que, según afirman los directivos de YPF, quedó demostrada por el informe presentado el jueves. Pero además de la existencia de las irregularidades y la actualidad del reclamo, la decisión de iniciar el reclamo debe enmarcarse en las negociaciones que mantienen YPF, Repsol y los gobiernos de Argentina y España para llegar a un acuerdo entre las partes, así como en la fuerte puja de poder al interior de la petrolera española entre Brufau e Isidro Fainé, presidente de la Caixa, accionista principal de Repsol, muy cercano a Mariano Rajoy, jefe de Gobierno español.