Los aumentos en combustibles, que la semana pasada comenzaron a aplicarse en algunas estaciones de servicio, se generalizaron en todo el país a un promedio de entre 2,5 y 3 por ciento. Los incrementos, en rigor, se vienen aplicando desde comienzos de mes en los precios de naftas y el gasoil, con variaciones según el tipo de producto, la provincia o la localidad en la que está ubicada la estación de servicio. En promedio, las subas rondan el 3 por ciento para la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Este nuevo ajuste es resistido por los dueños de estaciones de servicio, quienes estudian realizar un plan de lucha por una supuesta pérdida de rentabilidad, según confirmó ayer el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI), Manuel García.

Las alzas en el precio de los combustibles, principalmente los de naftas súper y gasoil, se mueven dentro del margen fijado a través de valores máximos por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que están por encima de los de lista al momento de la publicación de la resolución de la cartera, el 9 de abril. La resolución 35 ordenó fijar por seis meses precios máximos para la venta de combustibles en todo el país y los dividió en seis regiones iguales. Esto derivó en ajustes instantáneos por parte de las petroleras que encontraron margen para la suba hasta ubicarse en los precios máximos.

En ese contexto, YPF, con más de 55 por ciento del mercado, aplicó en la semana ajustes de un 2,3 por ciento para el gasoil, que se ubicó entonces en 6,493 pesos por litro en la ciudad de Buenos Aires, mientras que la nafta súper en algunas expendedoras porteñas superó la barrera de los 7 pesos por litro, hasta 7,129 pesos. El valor más alto de la súper en la zona 6, que incluye la ciudad de Buenos Aires y la provincia, estuvo fijado en 7,999 el litro, con lo que todavía le queda a la petrolera controlada por el Estado un margen de hasta el 14,3 por ciento para subir el precio de sus productos. La premium, en tanto, quedó en 7,879 pesos por litro.

Las otras petroleras siguieron el mismo camino. En el caso de Esso, sus estaciones no modificaron la lista de sus productos en la ciudad de Buenos Aires ni en Córdoba. No obstante, aplicaron aumentos en las bocas de expendio en el Gran Buenos Aires y en el interior de la provincia, tales como en los distritos de Bahía Blanca, Azul y Tres Arroyos. También en la ciudad de Rosario, donde la suba acumulada desde abril es cercana a un 10 por ciento. Shell aumentó 2 por ciento sus productos y dejó el gasoil con un precio de venta de 6,969 pesos; a la nafta súper, en 7,49 pesos; el diesel V-Power, en 7,989, y la V-Power, en 8,049 pesos.

Los ajustes fueron confirmados por los propias entidades que representan a los distruibuidores de combustibles. Rosario Sica, presidenta de Fecra, la federación que reúne a bocas de expendio de la Capital Federal, Buenos Aires y otras provincias, sostuvo que hubo incrementos en estaciones de YPF, Esso y Shell, aunque dijo desconocer remarcaciones en establecimientos con la bandera de Petrobras. “Estamos estudiando un plan de lucha, puede haber medidas de fuerza”, se sumó García, de AESI. Por su parte, Oscar Díaz, de Cecha, la confederación que representa a estaciones de todo el país, explicó que “hubo aumentos de aproximadamente 20 centavos en los precios en los últimos días”.

Las subas generaron resistencia por parte de los estacioneros, quienes sostienen que están perdiendo rentabilidad. “Nos prometieron que primero arregláramos con los trabajadores y que después ellos iban a ajustar las bonificaciones, pero luego desconocieron todo lo que habían prometido”, se quejó el directivo de AESI, quien confirmó que “se está estudiando un plan de lucha a establecer en los próximos días”. “Posiblemente vamos a llegar a una medida de fuerza en caso de que YPF no cumpla con lo que prometió en su momento”, concluyó.