ECONOMíA › O’CONNELL Y CAFARO, DESIGNADOS EN EL CENTRAL
Todos los hombres del Presidente
El presidente Kirchner designó a Arturo O’Connell y Eduardo Cafaro como nuevos directores “en comisión” del Banco Central, cuyos pliegos deberán ser ratificados por el Senado. Uno es un académico de buen diálogo con Lavagna; el otro, un soldado del Presidente desde sus tiempos de gobernador. Así, el ministro de Economía sigue extendiendo su influencia sobre el Banco Central.
Con esas designaciones, el Gobierno cubrió las vacantes que se habían abierto en el directorio después de que Kirchner decidiera retirar del Senado los pliegos de Rafael Iniesta y Ricardo Ferreiro. Ambos respondían a sectores “enemigos” de Lavagna. Iniesta trabajó siempre cerca de Cavallo y de su ladero, Daniel Marx, mientras que Ferreiro era uno de los últimos hombres de Roque Fernández y Pedro Pou en el directorio.
Los decretos 315 y 317, publicados ayer en el Boletín Oficial, formalizan las designaciones de O’Connell y de Cafaro. El primero es un reconocido académico de la Universidad de Buenos Aires, integrante del llamado Grupo Fénix, que aglutina a los economistas más críticos de las políticas promovidas por el Fondo Monetario y los consultores de la city. O’Connell ya fue director del Central en 1986, cuando José Luis Machinea fue designado al frente de la entidad por Raúl Alfonsín. Sin embargo, lo suyo no son las finanzas. Hace varios años que se especializa en temas de economía internacional así como en políticas comerciales.
Por su parte, Cafaro, también licenciado en la UBA, es un kirchnerista puro. Trabajó junto al Presidente cuando éste era gobernador en Santa Cruz, asesorándolo en diversos temas: presupuesto, finanzas y regalías,
“Esto facilita la gestión de Lavagna. Aunque no es un directorio lavagnista, hay buena sintonía con la mayoría”, explicó a este diario un colaborador muy cercano al ministro de Economía. “Estas designaciones deben leerse como una mayor presencia del Poder Ejecutivo en el Central”, definió otro lavagnista, más cauto.
Sea como fuere, el directorio del Central estará conformado de ahora en más de la siguiente manera: Alfonso Prat Gay (presidente) y Pedro Lacoste (vicepresidente), “independientes”; Alberto Camarazza, Víctor Bescós y Arturo O’Connell, lavagnistas; Guillermo Lesniever y Ricardo Branda, ex menemistas y protegidos de los banqueros; Cafaro, kirchnerista puro; Levy, “duhaldista que sabe acomodarse”, y Augusto Magliano, un funcionario al que se le reconocen méritos técnicos y que juega en sintonía con la actual gestión.
Consultado por Página/12, un banquero que prefirió el anonimato le restó trascendencia a las designaciones. “No son gente del sistema financiero. Tengo entendido que son gente del Presidente”, explicó. Pero no desaprovechó la oportunidad para criticar a Prat Gay: “El Banco Central no existe, le bajan línea del ministerio y lo único que hace es comprar dólares en la mesa (de dinero) como si fuera un trader del exterior”, disparó. Para el influyente banquero el problema es que el Central todavía no definió un plan para el sistema financiero: “Cuántos bancos quiero tener, cuántos se van a capitalizar. Si no, esto es una bomba de tiempo que va a explotar apenas la gente pierda la confianza”, advirtió.