EL PAíS
El jueves le notificarán los cargos al Supremo tenista
El principal sobreviviente del menemismo en la Corte parece dispuesto a resistir. Pero la Comisión de Juicio Político quiere entregarle los cargos el 10 para que responda el 17.
Por Felipe Yapur
Eduardo Moliné O’Connor parece estar dispuesto a resistir al juicio político que enfrenta. Con frases menos altisonantes que las de Julio Nazareno, dijo ayer que no está dispuesto a renunciar y acusó a la comisión que preside el diputado justicialista Ricardo Falú de “estar enjuiciando a todo el Poder Judicial” y “desvirtuando su independencia”. El legislador tucumano, por su parte, consideró que la condición del supremo tenista “estaría gravemente comprometida”. Tan comprometido que el próximo jueves le comunicarán a Moliné los cargos que enfrenta y deberá, como sucedió con Nazareno, realizar su defensa en persona siete días más tarde.
En la comisión entienden que los dichos del ministro de la Corte –de mejor nivel que el renunciado– dan cuenta de la decisión de resistir con fiereza la embestida legislativa.
Más allá de los dichos del cortesano, lo cierto es que el próximo jueves 10 la Comisión de Juicio Político se reunirá con el único objetivo de aprobar el traslado de los cargos a Moliné. Ese día los legisladores también determinarán el plazo para su defensa que, como sucedió con el anterior juez, será de una semana. Por lo tanto, el jueves 17, el acusado deberá presentarse o enviar su descargo por escrito. El único hecho que puede beneficiarlo es que el 10 de julio haya pocos diputados en el Congreso fruto del feriado del día anterior. Así las cosas, el descargo se postergará una semana, tiempo suficiente como para elaborar una defensa que supere a la que en su momento presentó Nazareno.
Si bien varias de las causas que enfrenta Moliné son similares a las que se presentaron contra el anterior magistrado, Falú se encargó de advertir que ocurrieron hechos nuevos en los casos Meller y Magariños que agravan la situación del fanático tenista.
En el caso Meller, el legislador resalta la decisión de la Cámara Federal de revocar el archivo de la causa que tenía como principal acusada a María Julia Alsogaray y dispone que la ex funcionaria menemista preste nuevo testimonio. “Estos son indicios de que la Cámara entiende que hay elemento para proseguir con la causa”, dijo Falú, quien aclaró que esta causa tiene un plus mayor: “Hay que tener en cuenta que la Cámara le ordenó al Estado que no depositara los 400 millones que debía pagarle a la firma Meller. Esto le da más verosimilitud a los cargos que realizó la comisión contra Moliné”.
Con respecto al caso del juez Héctor Magariños, que se sustenta en la sanción que le aplicó la Corte al magistrado por emitir una opinión sobre un fallo del alto tribunal, también hay novedades que complican la situación del magistrado. Falú recordó que el Consejo de la Magistratura emitió un dictamen donde le niegan a la Corte la facultad de sanción a los jueces, por lo que consideró que no hubo una falta disciplinaria y ordenó a la Corte devolverle a Magariños el 30 por ciento de la multa que le había impuesto. “Todo esto no había sucedido mientras se sustanciaba el juicio a Nazareno y por ello las pruebas contra Moliné hoy son más fuertes y graves. Con todo este acopio de material, que conforman un compendio idóneo, se acreditarían indicios ciertos de culpabilidad”, indicó el legislador.
A partir de estos nuevos elementos, en la Comisión de Juicio Político se especula con que el caso Moliné llegará –una vez finalizado el receso invernal– al recinto de Diputados a más tardar el 14 de agosto. A diferencia de Nazareno, entre los legisladores existe la convicción de que en esta oportunidad Moliné se animará a llegar al recinto. “Este parece más decidido que Nazareno”, comentó un miembro de la comisión, pero se apresuró a hacer una aclaración: “También es cierto que los machos se acabaron desde que se descubrió la pólvora. Y que en esta oportunidad serán más de 200 manos las que se levantarán en la Cámara”.