La presidenta Cristina Fernández de Kirchner partirá hoy rumbo a Rusia para participar de la Cumbre del G-20, en donde se prevé que el debate acerca de un posible ataque de los Estados Unidos a Siria desplace los temas de la agenda, entre los que se destacan las propuestas para tratar de acelerar el crecimiento económico mundial. De todos modos, una de las intenciones de la Argentina es reiterar el planteo para que la Cumbre del G-20 discuta la sustentabilidad de las deudas soberanas, sobre todo a la luz del fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que le ordena al país pagarle a un grupo de holdouts las acreencias que reclaman sin quita y en un solo pago.

La cumbre se realizará el jueves y viernes en el Palacio de Constantino, ubicado en las afueras de San Petersburgo. Cristina Fernández de Kirchner llegará a esa ciudad el miércoles, junto al canciller Héctor Timerman; los ministros de Economía y de Trabajo, Hernán Lorenzino y Carlos Tomada; el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, y la embajadora argentina en Estados Unidos, Cecilia Nahón, quien se desempeña como sherpa (guía) de la jefa de Estado. Nahón ya se encuentra en San Petersburgo, dado que hoy comenzará la discusión del documento final que los presidentes y jefes de gobierno terminarán de definir entre el jueves y el viernes.

La decisión de Estados Unidos de llevar adelante una acción militar “limitada” sobre Siria promete generar polémica porque varios países, entre los que se encuentran el anfitrión, la Argentina y Brasil, ya objetaron esa determinación y pidieron esperar los informes de los inspectores de las Naciones Unidas respecto de si hubo utilización de armas químicas por parte del gobierno sirio en las matanzas realizadas por el gobierno de Bashar al Assad. También el foco estará puesto en la tensión bilateral desatada entre Estados Unidos y Rusia tras la decisión del gobierno ruso de concederle asilo a Edward Snowden, responsable de dar a conocer al mundo los programas de espionaje tecnológico que lleva adelante el gobierno norteamericano. Debido a este tema, Barack Obama canceló la reunión bilateral que tenía previsto mantener con Vladimir Putin.

En materia económico-financiera, además de las cuestiones propuestas por el presidente Putin en nombre de su país para la discusión dentro del foro, como la necesidad de unir fuerzas para acelerar el crecimiento económico mundial e impulsar el empleo, otro de los temas de debate será la decisión de la Reserva Federal estadounidense de reducir los estímulos monetarios que viene aplicando para sostener su economía. Sobre este último punto ya explicitó su malestar hace un par de semanas la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, al advertir que los indicios que está dando la Fed en tal sentido están provocando una “violenta depreciación” cambiaria en su país.

La primera ministra alemana, Angela Merkel, ya anunció que irá a la Cumbre del G-20 a postular la necesidad de continuar adelante con las reformas de los mercados financieros. Merkel, al trazar un balance de los objetivos fijados por el G-20, dijo que se observan “luces y sombras” y que su meta es que los países miembro acuerden un cronograma vinculante con respecto al momento y al tipo de medidas que se deben tomar frente a situaciones de crisis financieras.

La Argentina, por su parte, planteará o suscribirá, en el caso de que no lleve la voz cantante sobre esos temas, al menos cuatro cuestiones: el tema de las deudas soberanas, la necesidad de seguir adelante con la implementación de reformas en el sistema financiero internacional, la lucha contra los paraísos fiscales y la creación de empleo como herramienta central para enfrentar las crisis.

Sobre el tema de la deuda –y en función del fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, que confirmó el que en primera instancia había aplicado el juez Thomas Griesa, por el cual la Argentina debería pagar la totalidad de los 1330 millones de dólares a los denominados fondos buitre–, la Argentina insistirá en que el nucleamiento se pronuncie sobre el problema de la sustentabilidad de las deudas soberanas contraídas por los países y a la luz de la crisis financiera internacional. En ese sentido, se prevé que la Argentina subraye que en caso de que la Corte Suprema de los Estados Unidos no revierta ese fallo, se ponga en riesgo todo el sistema de reestructuración de deudas soberanas, en momentos en que varios países europeos probablemente tengan que apelar a ese mecanismo en un futuro.