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El dólar terminó la semana sumando otros dos centavos a su cotización y cerró en 2,96 pesos para la venta en las casas de cambio. Se transformó en la mejor inversión financiera de la última semana: el jueves de la semana pasada se ubicaba en 2,80 pesos. El Banco Central, tal como lo hizo en las jornadas anteriores, volvió a acompañar la suba. También se notó una mayor demanda por parte de grandes empresas y bancos y una caída en el volumen de liquidaciones de las compañías exportadoras.
El Central volvió a transformarse ayer en una gran mesa de dinero. Compró y vendió dólares a lo largo de toda la jornada. Cuando la moneda estadounidense tocaba 2,92/2,93 pesos, los funcionarios del Central compraban billetes verdes para darle un envión al precio. Cuando, en cambio, trepaba a 2,95/2,96 pesos, vendía para desinflar la cotización. En el mercado mayorista, donde opera la autoridad monetaria, el dólar finalizó en 2,94. El saldo final de las intervenciones resultó favorable al Central en un millón de dólares.
Tentados por la escalada de la divisa hubo empresas y bancos que siguieron la tendencia de las jornadas pasadas y adquirieron dólares. A pesar de la liquidez con que cuentan las entidades, se concretaron operaciones donde los bancos ofrecieron entre uno y dos puntos más de tasas de interés, por los plazos fijos a 60 días, con tal de retener los grandes depósitos. Ocurrió tanto en bancos locales como de capital extranjero.
También llamó la atención de los corredores lo sucedido en el mercado de futuros de Nueva York, donde hubo fuertes operaciones especulando con un alza más pronunciada del dólar en la Argentina.
Junto a la jugada del Central, habilitando una suba de la paridad, y a la mayor demanda de los privados hubo otro dato que ayudó a recalentar el mercado cambiario: las menores liquidaciones de los exportadores. Las cerealeras del sector vendieron 20 millones de dólares, la mitad de las jornadas anteriores, especulando con una suba adicional de la moneda estadounidense. En el Banco Central evalúan otro escenario: que las liquidaciones de los exportadores disminuyeron por una cuestión estacional. Los funcionarios esperan que la oferta de esos agentes caiga a un promedio de 10 a 12 millones diarios.
La atención al público en las casas de cambio fue normal. Los minoristas, al menos por ahora, se mantuvieron al margen de esa pequeña conmoción con el verde. En tres agencias de la city coincidieron en declarar a este diario que las compras al público habían superado a las ventas. “Pasa al revés que el año pasado. Ahora, cuando el dólar sube la gente se apura a vender”, relató a Página/12 uno de los principales cambistas del microcentro.
En el Gobierno y el Banco Central también están atentos al contexto internacional, condicionando así las decisiones frente al tipo de cambio. Ayer, la noticia fue Brasil. El dólar pasó los 3 reales (cerró en 3,03) por primera vez en dos meses y medio, que se conjugó con una fuerte caída de los títulos de deuda, del 3 por ciento en promedio, y con una baja de magnitud similar de las acciones. Las razones, según operadores brasileños, van desde los menores ingresos de fondos debido a que en Estados Unidos subieron los rendimientos de los bonos del Tesoro, problemas políticos por una acusación de lavado de dinero, y la demora del gobierno en lograr la sanción de la reforma jubilatoria.
El consenso de los financistas es que el techo del dólar se encuentra en los 3 pesos. Ese es el valor mágico que el Gobierno quiere alcanzar. Le conviene por motivos económicos (mayor recaudación) y políticos (evita las protestas de los exportadores). “El lunes puede alcanzar ese nivel”, arriesgó Carlos Lizer, de Puente Hermanos. Un banquero, que prefirió el anonimato, rechazó, en diálogo con este diario, un repunte mayor deldólar. “No se observa un escenario político ni económico complicado. Lo descarto”, sintetizó.