ESPECTáCULOS › EL REALITY SE EXPANDE A TERRITORIOS INSOSPECHADOS
Hay cámaras en todos lados
El encierro cotiza menos y la tele sigue buscando variantes de un género agotado. El recurso de la exportación rinde sus frutos.
Por Julián Gorodischer
Fueron espectadores compulsivos en festivales y alumnos de la escuela del Instituto Nacional de Cine, entre una multitud de voluntades, hasta que se interpuso El Casting. “Nos compraron a nosotros más que a nuestra idea”, razona Pablo Conde después de la experiencia reality. Entregaron su vida privada para acceder al corto propio, financiado por “Proyecto 48”, estrenado ayer en TNT. Les filmaron las peleas, las broncas, la expectativa, de muy cerca, y todo sea porque –parece– hay dos que son novios y a la moda, el tercero es muy gracioso, y el cuadro es muy televisivo (sumado a la conducción de Gastón Pauls). La cámara “en directo” no se los perdería en su afán de no dejar nada, absolutamente nada afuera. El último grito de la transmisión continua dicta que el encierro perdió la gracia; ahora lo que cotiza es la vida “verdadera”.
El formato vino de afuera: Matt Damon y Ben Affleck, a la medida de Hollywood, pensaron en un reality que diera oportunidades de acceder al primer largo. Lo hicieron e inspiraron modelos devaluados. “Se va a ver el backstage de un corto con todas sus eventualidades”, anuncia el participante. “Una tarea de cuatro días: dos de preproducción y dos de rodaje y edición donde la competencia fue con nosotros mismos todo el tiempo”. Supieron, desde el principio, que no bastaba con el argumento original que habían aportado, un trío de músicos ciegos en travesía rumbo al lugar en el que debutaron. La tele pide personajes a la medida del conflicto. ¿Qué mejor que una pareja y un tercero por debajo de los 30, en convivencia puertas adentro de un hotel, y con un touch de excentricidad? Pablo Conde les dio el gusto y los tomaron entre 120 grupos de toda América latina. “Fuimos a la entrevista con el perro...”, dicen: Cualquier recurso vale. Ahora que el corto no conforma como esperaron, no hay derecho a veto ni reclamo. “Proyecto 48” se los hizo difícil y rapidito: se les cayó una locación o desertó un actor, y allí estuvo la cámara para disfrutar del percance, porque esto es televisión. “A efectos del programa el corto quedó aprobado –dice Conde–, pero no cumplió con nuestra exigencia personal. Más que por la obra terminada, la experiencia vale por el entrenamiento”.
En los estudios Ronda, en Martínez, una comitiva de colombianos busca algo parecido: tener una carrera, en Colombia o en la Argentina, pero tenerla. Y no les importa que la condición sea pasar la vida filmados, desde el desayuno a la hora de la cena, registrados en cada traspié de una actuación que –dicen– todavía no les sale del todo bien. Hay que entenderlos: los catorce participantes de “Protagonistas de novela” se criaron viendo tele y tienen asimilado ese modo de actuar que prefiere la modulación al sentimiento, y así lo hacen ahora, en cada “gran prueba actoral”, el momento que decide todas las semanas quién se queda adentro y quién afuera. Otra vez, como sucedió con “Gran Hermano Ecuador”, la Argentina exporta realities a bajo costo: la reclusión voluntaria queda en Telefé, donde casa o estudio se alquila para Colombia o Ecuador, y genera ratings de ¡55 puntos! en cada gala de expulsión o consagración.
“Es un formato de Promofilm con seis versiones en América”, cuenta el productor Alfredo Cartoy Díaz. “En Colombia es un éxito enorme con más de 50 puntos en la final y con convocatoria de casi 40 mil personas a los castings. En el primer “Protagonistas...” se consagró Ximena, una chica humilde de Medellín”. Ximena y Jaider (el galán ganador) son a Colombia –según Cartoy Díaz– lo que las Bandana a la Argentina. Ellos demostraron la “virtud” actoral: calcaron una escena de culebrón famoso o, ahora que son tan populares, asumieron las palabras que les guiona Fernando Gaitán (ex “Betty, la fea”). En el fondo, son todos carilindos de físico trabajado que no desentonan en el elenco estable de RCN, el canal que los contrata, donde todos hablan como en un recitado que se hace más agudo yentrecortado en la escena dramática y susurrado en la de amor. Es para temblar: la “pegada” alienta a los creativos argentinos que ya están pensando en imitar la movida –a comienzos de 2004– pero para dar con otro tono, más parecido a “Rebelde Way” y con lolitos en reemplazo de los veinteañeros que habitan por estos días los Estudios Ronda. El gusto local –dicen– las prefiere de quince.
Hay más para el ojo del voyeur: en el flamante Reality Channel, la realidad espiada justifica una señal en continuado. La cosa, esta vez, viene con resonancia policial. En “Parejas infieles” (domingos, 22.30), una mujer pide el servicio de las cámaras para pescar al marido in fraganti y lo que aparece es el largo pedido de disculpas, mechado con las tomas de la trampa. La esposa herida lo ataca por todos los flancos: “Es un perverso sexual, un maníaco, y de los peores, de ésos que se pasan horas en la cama con la revista porno...”. “Gracias”, dicen a dúo para el final de la reconciliación, y se los ve abrazados para empezar de nuevo a tono con la moraleja: la verdad ayuda. Sobreactuados y melodramáticos, los personajes de Reality... atrasan 20 años y convierten al vivo y en directo en un novelón. En “Atrapados por la cámara” (domingos, a las 23.10) la cosa va más lejos y hace uso dudoso de las cámaras ocultas en lugares públicos (cajeros, parques, semáforos) para cazarlos en pleno enojo o infracción, mezcla de un blooper de Tinelli con el seguimiento del agente secreto. Se ven escenas de fellatio de un jefe con la secretaria o la patada de un cliente al cajero automático que no devuelve la tarjeta. Las escenas aburren, pero, en el final, descubren su vocación didáctica tras la lección foucaultiana a cargo del locutor: “¡Estás siendo vigilado!”.