ECONOMíA
Cuando de recibir elogios se trata, hasta la voz de Bush suena dulce
El presidente de los Estados Unidos marcó ayer el número de su par argentino para felicitarlo por el resultado de la negociación con el FMI. Significativo apoyo cuando aún en el FMI hay tensiones.
Por Diego Schurman
A las 9.10 clavadas, del otro lado de la línea, George W.Bush dijo “buen día” y Néstor Kirchner imaginó que sería algo más que una formalidad. No se equivocó: pocos minutos después el presidente norteamericano lo felicitó por el acuerdo “importante y significativo” alcanzado con el Fondo Monetario Internacional y se mostró confiado en que ése será “un primer paso” para la recuperación de la Argentina.
Kirchner supo de la posibilidad del diálogo con Bush el jueves por la noche, tras contactos formales iniciados por la Cancillería. Por eso ayer a las 8.55 se lo vio ingresar presuroso por la explanada de la Casa Rosada, prolijo y acicalado como si en vez de una comunicación telefónica fuese a protagonizar un desayuno con su par norteamericano.
La voz de Bush se escuchaba por dos auriculares simultáneamente. En uno ponía la oreja Kirchner, en el otro el traductor oficial de la cancillería argentina, Walter Kerr. A unos metros, sin teléfonos, pero con los oídos atentos, estaban el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el vocero presidencial Miguel Núñez.
Al presidente le brillaron los ojos cuando Bush expresó su deseo de visitar pronto el sur argentino, más allá de no haber dado precisiones de fechas. Horas antes, leyendo los diarios, Kirchner se había alterado con la versión de un matutino adjudicando al jefe del Ejército, Roberto Bendini, una denuncia por un supuesto plan de “pequeños grupos israelíes” para invadir la Patagonia. Lo de Bush, en la voz de los voceros oficiales, era simplemente un plan de pesca y turismo por el glaciar Perito Moreno.
Hubo más dulces: desde Washington también llegaron elogios por el “liderazgo” y “la conducción política” que Kirchner mostró durante su “intervención” en las negociaciones con el FMI. A eso se sumaron promesas de “seguir apoyando” al país en lo que fuera necesario y de agendar nuevos encuentros. De todos modos, se descartó de plano la posibilidad de una cumbre en Nueva York, durante el viaje que el mandatario argentino realizará este mes a la Asamblea Anual de la ONU.
La devolución de gentilezas, ante tanto elogio, llegó inmediatamente. El mandatario argentino le agradeció a Bush haber cumplido con su promesa de colaborar en las negociaciones con el Fondo. Kirchner había escuchado esa promesa en julio, durante su visita a Washington. En ese sentido, destacó especialmente el empeño del jefe del Departamento de Estado, John Snow.
Al promediar los veinte minutos de conversación –en verdad diez minutos que se duplicaron por el trabajo del traductor–, Bush expresó su deseo de “seguir trabajando juntos, los dos países, en la reunión de Cancún”, México. Allí, por estas horas, se lleva adelante la reunión de la Organización Mundial del Comercio (ver abajo).
En la Casa Rosada se mostraron exultantes. “En materia económica, este acuerdo es la coronación de la negociación política encabezada por el Presidente. Y, como lo plantea la prensa internacional, de algún modo le torció el brazo al FMI”, señaló Núñez a Página/12.
El vocero presidencial aludió así a, por lo menos, dos publicaciones. El Nuevo Herald, de Estados Unidos, que tituló “La óptica de Kirchner le gana un partido al Fondo” y en su interior destaca que el presidente argentino “impuso su posición al FMI”. Y también a El Mercurio, de Chile, que tituló: “Poder de negociación del FMI queda en jaque tras el acuerdo con Kirchner”.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien estuvo en la antesala del despacho presidencial mientras Kirchner dialogaba con Bush, se manifestó en la misma línea. “Es todo un mensaje que el presidente llame, que elogie un acuerdo donde no se habla de ajuste ni de aumento de tarifas.”