“En términos medioambientales, las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic no alterarán el funcionamiento del sistema de glaciares”, afirmó ayer el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido. A través de un comunicado, el funcionario enfatizó que ambas obras adjudicadas a una unión de empresas encabezada por firmas estatales chinas representan “una enorme oportunidad para utilizar esa energía para el desarrollo industrial de las provincias patagónicas”.

“A partir del año 2003 se duplicó el PIB, con el interior y las regiones más postergadas exhibiendo mejores guarismos e indicadores que los grandes centros de consumo”, destacó el titular de la cartera de Planificación Federal. “Desde la concepción centralista y unitaria que promueve el diario La Nación siempre se oponen a los proyectos en las regiones alejadas del país central y el puerto”, lamentó De Vido en respuesta a un artículo publicado ayer en ese medio.

El funcionario no sólo descartó la existencia de problemas medioambientales vinculados con la construcción de ambas represas –todavía no comenzaron las obras–, sino que apuntó directamente a “las monstruosidades ambientales de la ciudad de Buenos Aires con la tala de árboles para construir el metrobús”. Además, apuntó hacia “el impacto de los countries en Tigre en el escurrimiento del agua y los canales clandestinos que dejaron inundado San Antonio de Areco y otras localidades bonaerenses”.