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Los tamberos de todas las provincias decidieron prolongar al menos hasta mañana, 48 horas más, el bloqueo a la salida de mercadería desde las industrias procesadoras que debía finalizar ayer. La continuidad de la protesta podría hacer realidad el anunciado desabastecimiento de leche en el comercio minorista. Los productores calificaron también de injustificados los aumentos en el precio final fijados por los supermercados y manifestaron su rechazo a la “indiferencia” que durante el conflicto demostró la industria. La única salida, consideraron, es el arbitraje gubernamental. Sin embargo, desde la Secretaría de Agricultura, no se recibieron señales de mediación.
La prolongación generalizada de la medida fue anunciada ayer por el titular de Confederaciones Rurales Argentinas, Manuel Cabanellas, quien en un intento desesperado por romper la citada “indiferencia” industrial llamó a la unidad contra el enemigo común: los supermercados. La actitud del dirigente resulta cuanto menos llamativa, pues en realidad reproduce el argumento de la industria para no pagar un precio mayor por la materia prima. Como los supermercados tienen incidencia en mantener el precio minorista dentro de un cierto rango y prolongan en exceso los plazos de pago a los proveedores, los industriales sostienen que no pueden pagar un precio mayor a los tamberos.
El actual conflicto es otro. Como el mercado lácteo no existe como tal -los tamberos ordeñan todos los días y envían el producto a las usinas quienes a posteriori determinan precios y plazos de pago–, existe una clara situación de abuso de posición dominante que difícilmente pueda solucionarse con una alianza “antisupermercadista”. Quizá este problema de diagnóstico sea el que haya permitido, a pesar de los piquetes, la salida de camiones de la planta cordobesa de General Rodríguez. Aunque para ello haya sido necesaria la subyugante –para los tamberos– presencia de Pascual Mastellone, titular de La Serenísima. Sin embargo, no a todos los productores les gustó que su dirigencia haga excepciones y en los alrededores de la fábrica de 12 manzanas los ánimos están caldeados. El propio titular de CRA no descartó que la presencia de “infiltrados” provoque hechos de violencia en la zona.
La solución demandada por los tamberos es que se les reconozca un piso de 21 centavos por litro de leche para el mes de febrero y de 24 para marzo. También, que los plazos de pago –que actualmente rondan los tres meses– se reduzcan a 30 días.
Cabanellas estimó que habrá desabastecimiento en Córdoba y en algunas regiones de Santa Fe a partir de hoy y, en menor medida, “podría faltar leche en Buenos Aires”. Sobre las subas de precios de hasta el 25 por ciento registradas luego de cumplido el pacto entre la industria y el gobierno de no producir incrementos durante enero y febrero, Cabanellas dijo “no comprender” que “sigan los aumentos y a los productores no les llega”. “Estamos cobrando entre 9 y 14 centavos el litro de leche y los supermercados lo aumentaron de 90 centavos a 1 peso”, con lo que “ni siquiera se respetan los precios fijados por la Secretaría de Agricultura” de entre 16 y 20 centavos, concluyó.