“En estos años quedó demostrado que la redistribución del ingreso es un instrumento de crecimiento económico y que, al revés de como dice el liberalismo, hay que distribuir para crecer, porque la inclusión social crea consumidores y demanda agregada. Siempre la economía nacional nació reposada sobre el mercado interno”, señaló ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, en el cierre del encuentro de Jóvenes Empresarios por una Argentina Inclusiva, Industrial, Productiva y Sustentable organizado por entidades pymes. La dirigencia empresaria difundió un documento en donde destaca la voluntad del Gobierno de dar solidez al mercado interno y pidió por nuevas medidas de apoyo de carácter impositivo y crediticio.

La presencia de Kicillof y de parte de su equipo económico se explica por su voluntad de coordinar a un sector empresario que pueda defender las medidas del Gobierno frente a las críticas de los economistas de las consultoras privadas ligados a las grandes empresas o a sectores políticos de la oposición. “¿Por qué tengo que estar yo peleándome con los exponentes del liberalismo, cuyo proyecto es la desindustrialización, cuando no tengo una empresa ni soy un trabajador industrial? Los empresarios tienen que participar de este partido, porque está en juego lo que consiguieron en estos años”, dijo el ministro. Atribuyó a la oposición la voluntad de voltear las principales medidas económicas del Gobierno a pesar de no decirlo explícitamente “porque sería piantavotos”.

A cargo de acercar políticamente al empresariado afín al programa económico del kirchnerismo está el secretario de Comercio, Augusto Costa, quien tiene contacto a toda hora con las empresas para llevar adelante la agenda de precios, importaciones y exportaciones. De hecho, Costa abrió el panel de ayer en el Mercado Central, organizado por el Encuentro Jóvenes Empresarios, que integran Adimra, Cgera, CGE, la Agrupación Gelbard y Apyme, entre otras. Kicillof y Costa estuvieron acompañados por el secretario general de la Presidencia, Eduardo De Pedro. Entre los empresarios con mayor visibilidad pública estaban Juan Carlos Lascurain y Gerardo Venutolo, ambos de Adimra. Durante más de una hora y media, Kicillof habló con un fuerte contenido político de cara al recambio presidencial de octubre. Argumentó en contra del supuesto viento de cola, de las bondades del endeudamiento externo, de la antinomia campo-industria y de la contradicción entre el “crecimiento hacia afuera y hacia adentro”.

Hizo especial hincapié en las medidas de inclusión social como una forma de política pyme y de crecimiento económico, una mirada opuesta a la que reza el manual liberal. “Ustedes también han sido beneficiarios de nuestra política social. En la facultad se enseña que la política económica tiene que estar encaminada al crecimiento y no a la distribución, porque la distribución es un problema de otro ministerio. Eso es equivocado, es ideológico y ha resultado inconducente. La inclusión social es una política de crecimiento e incluso de estabilidad económica. Es teoría keynesiana pura: cuando se genera demanda, aparece la inversión. El empresario muchas veces está menos formado en economía pero por ser un hombre práctico, en realidad, sabe más”, dijo Kicillof.

Durante el kirchnerismo, muchas pequeñas y medianas empresas pudieron primero recomponerse de la ruina de la crisis de 2001/02 y luego crecer y desarrollarse. Es un sector que emplea a siete de cada diez trabajadores en el país en rubros como alimentos y bebidas, metalmecánica, textil y confección, químicos, plásticos, maquinarias y equipos, automotores y autopartes. La empresa pequeña sufre una debilidad estructural ante los vaivenes económicos y su supervivencia muchas veces depende de las medidas de protección por parte del Estado. Precisamente, el apoyo constante de varias cámaras pymes afines al Gobierno se explica por una serie de medidas que apuntan a fortalecer al sector, como son las Declaraciones Juradas de Importación (DJAI), la exigencia a los bancos para que presten dinero a las pymes, el plan Ahora 12 y por la apuesta por el mercado interno.

Si el Gobierno quiere apoyo más contundente de parte de los empresarios, éstos buscan posicionarse de cara a los próximos años y que las medidas antes mencionadas sean “política de Estado”. Puntualmente pretenden que se eliminen los derechos de exportación a los bienes industriales para los productos que tengan más del 60 por ciento de integración nacional, la creación de un consejo pyme permanente con representantes del sector público y privado, la regulación de los alquileres comerciales, la reducción de las comisiones de las tarjetas de crédito y más apoyo financiero a las microempresas, entre otras cosas. Varias de las ideas fueron tomadas de un plan integral que está elaborando la agrupación Ministro Gelbard. “Vamos a estudiar todas las propuestas, algunas de ellas son novedosas, muchas de fácil implementación”, señaló Kicillof.