“Se derribó el mito de que Argentina tenía cerrado el acceso a financiamiento en dólares a través de los mercados de crédito”, afirmó ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof. Desde Rusia, el funcionario celebró la colocación de bonos con ley argentina por 1415 millones de dólares realizada el martes. Banqueros, analistas y economistas consideraban que la operación era “prácticamente imposible” en el marco de la disputa con los fondos buitre. “No se tomó deuda para pagar el próximo vencimiento sino para financiar obras de infraestructura, sostener el nivel de actividad y crecer”, destacó el titular del Palacio de Hacienda al diferenciar la colocación con la dinámica observada durante la etapa de valorización financiera y sobreendeudamiento. Rápido de reflejos, el juez estadounidense Thomas Griesa habilitó el pedido de los fondos buitre para requerirles información a diferentes entidades financieras y la Argentina sobre la emisión de los títulos Bonar 2024. Lo hizo luego de una reunión convocada en sus oficinas. Los buitres pretenden determinar si la emisión está alcanzada por las órdenes del magistrado. En el equipo económico entienden que la decisión busca aleccionar a inversores interesados en los bonos argentinos antes que lograr la ejecución de la cuestionada sentencia.

“Buscaban que los argentinos crean que la política de dignidad y soberanía que habíamos adoptado contra los fondos buitre era muy costosa y también preparar el camino diciendo que había que pagarles cualquier cosa, argumentando que de lo contrario no habría acceso a los mercados”, advirtió Kicillof a través de un comunicado. “Hay algunos candidatos que parece que están deseosos de pagar cualquier cosa en los mercados financieros internacionales”, expresó el funcionario que acompañó a la Presidenta durante su visita a Moscú.

“Ha sido un endeudamiento con un fin específico, sin intervención de instituciones financieras y sin condicionamientos”, agregó Kicillof. Los fondos ingresarán a las reservas, pero un monto equivalente en pesos será destinado al Plan Federal de Viviendas. Esa lógica, advierten, debería sostenerse para cualquier emisión futura. La tasa de interés que pagó el país fue de 8,9 por ciento, una cifra elevada en la comparación internacional.

La colocación del martes fue la tercera emisión de deuda en dólares realizada por Argentina desde 2003, aunque la primera directamente lanzada al mercado. El pago con un combo de bonos a Repsol por la expropiación del 51 por ciento de sus acciones en YPF a comienzos del año pasado y el canje ofrecido a los tenedores de los Boden 2015 durante diciembre fueron, según el equipo económico, las otras dos operaciones. Ambas involucraron a los Bonar 2024, aunque la segunda registró un escaso nivel de adhesión. En el Palacio de Hacienda consideran que el interés mostrado por los inversores extranjeros –compraron los bonos en el país– deja abierta la puerta a nuevas emisiones de deuda en dólares a través del mercado local. Entre las posibilidades que se barajan figura una nueva emisión en los próximos meses y un canje voluntario para el vencimiento de los 6000 millones de dólares Boden 2015 en octubre.

Griesa recargado

A lo largo de los últimos meses las erráticas y extravagantes decisiones del magistrado neoyorquino reclamadas por los buitres profundizaron el bloqueo al mecanismo de pago de los vencimientos de la deuda emitida por el país. Las órdenes de Griesa emitidas para forzar el cumplimiento de su fallo frenó el mecanismo de pago de los bonos ofrecidos internacionalmente durante los canjes de 2005 y 2010. Con esos argumentos logró impedir que, a pesar de que Argentina tiene capacidad y voluntad de pago, los fondos no llegasen a los tenedores. El tándem Griesa-fondos buitre consiguió incluso frenar pagos de títulos emitidos con ley local cuyos propietarios están radicados en el exterior.

Ayer, el juez habilitó a los fondos como NML Capital, propiedad de Paul Singer, para que soliciten información a diferentes entidades financieras como Deutsche Bank y BBVA. Pretenden determinar si los Bonar 2024 están alcanzados por sus órdenes y así intentar el bloqueo de sus futuros pagos (el primer desembolso de intereses es el 7 de mayo y no involucra a actores del exterior ya que se cursa vía Caja de Valores). Desde el equipo económico aseguran que los títulos emitidos el martes no están alcanzados por las órdenes del magistrado tal y como están redactadas: no son bonos del canje y tampoco son deuda externa, siempre dentro de la curiosa definición utilizada por Griesa.

Pero, incluso si el argumento de los abogados del país se sostiene, el juez siempre puede ampliar y modificar sus órdenes para alcanzar a más bonos y llegar al grotesco escenario donde un país sea imposibilitado por un magistrado a emitir cualquier tipo de deuda en moneda extranjera. Si ese fuera el camino elegido por Griesa se abriría una nueva disputa legal en las diferentes instancias de la Justicia estadounidense.