El Fondo Monetario Internacional dijo ayer que el ajuste en la Argentina era inevitable, pero aseguró que los nuevos funcionarios lo hicieron “sin descuidar” a los vulnerables. “Lo que hemos visto es un Gobierno con sensibilidad social y política muy importante”, mencionó Alejandro Werner, economista jefe del organismo para el Hemisferio Occidental, en el marco de la Asamblea Anual conjunta del banco Mundial y el FMI que tiene lugar en Washington. El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, se había reunido esta semana con Christine Lagarde, la titular del Fondo Monetario, en un encuentro del que se llevó varios elogios por las políticas aplicadas en los últimos meses. La responsable de la entidad afirmó que ahora existe una fuerte coordinación con el país y eso traerá beneficios mutuos.

El ajuste con sensibilidad social que observaron los técnicos del FMI tuvo además otros condimentados alineados con el relato macrista: la responsabilidad de la “herencia recibida”. “El Gobierno tuvo que enfrentar una herencia con distorsiones económicas excesivas; la Argentina estaba ante un ajuste inevitable”, dijo Alejandro Werner, quien así justificó las políticas cambiaria y monetaria, que provocaron un fuerte retroceso del poder adquisitivo de los asalariados y la consecuente caída de la demanda interna. El técnico del organismo financiero internacional también consideró positivo el retorno de Argentina al mercado de capitales internacionales, donde ya se emitieron más de 30 mil millones de dólares en nuevos títulos desde la Administración Nacional.

El organismo que encabeza Christine Lagarde como directora gerente, tras años de conflictos con las autoridades argentinas vuelve a opinar sobre cuál es la hoja de ruta que debería seguir la política económica. En este caso, con una suma de elogios hacia la política desarrollada tanto del Ministerio de Hacienda y Finanzas como desde el Banco Central, aunque con algunas puntualizaciones en cuanto a la necesidad de ajustar las clavijas en materia de gasto público para reducir el déficit fiscal, que el año próximo volverá a estar en el orden del 4,2 por ciento del producto bruto, según el proyecto de Presupuesto Nacional enviado al Congreso por el Ejecutivo.

Al igual que los funcionarios del Banco Mundial, los técnicos del Fondo se mostraron muy preocupados por las estadísticas de pobreza del país e incluso aseguraron que “la transición fue más costosa (en términos sociales) de lo previsto”. La culpa, no obstante, se la achacaron a la gestión anterior. “La pobreza, sobre todo en los niños, muestra que el anterior modelo no era eficaz,”, aseguró ayer uno de los economistas del equipo que acompaña a Alejandro Werner.

Las economías de la Argentina y de Brasil, según el Fondo Monetario, llegaron a “tocar fondo” y ahora mostrarán un repunte a partir del último trimestre de este año, de la mano de las políticas de los gobiernos neoliberales de Mauricio Macri y Michel Temer. El cambio de expectativas causado por las políticas de corte ortodoxo de los actuales gobiernos sería el principal motivo de la reactivación. “Estuve acompañando al equipo que concluyó la misión de la auditoría de estadísticas la semana pasada en Buenos Aires y, en todas las interacciones que tuve a nivel informal, sentí un nivel de entendimiento acerca de la necesidad de llevar adelante cambios importantes, graduales y consensuados, para avanzar en un crecimiento sostenible y con equidad social”, dijo Werner desde Washington. Agregó que “la agenda del presidente Macri se enfoca en moverse en una frecuencia predecible, con índices macroeconómicos sostenibles y estables”.

En noviembre el FMI presentará el informe del artículo IV sobre las estadísticas del país, tras su visita en septiembre. Prat-Gay ya se comprometió a hacerlo público asegurando que “el nuevo Gobierno no tiene nada que ocultar”.