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Una vez que superó el desconcierto por la calurosa bienvenida, con militantes que fueron a esperarlo a Ezeiza y otros que lo acompañaron hasta el hotel donde estará alojado los próximos nueve días, Anoop Singh se acomodó a la rutina que mejor conoce. Como jefe de la misión del FMI, el economista indio asume que está al mando de la situación y así se comporta. Su primer contacto fue con el viceministro de Economía, Jorge Todesca, con quien hizo un repaso general a los temas que se tocarán en esta nueva ronda de negociaciones. El principal es el ajuste fiscal en las provincias y el retiro de las cuasi monedas. Luego, saltó por arriba del gobierno nacional y le planteó esas demandas directamente al gobernador bonaerense, Felipe Solá, y a su ministro de Economía, Gerardo Otero.
Para el Gobierno, la llegada del jefe de la misión del FMI marca el inicio de otra instancia crucial en su esforzada tarea por llegar a un acuerdo con el organismo. Si todo sale bien, Singh debería presentar al directorio del FMI un informe aprobatorio de los avances hechos por Argentina el 18 de este mes, cuando esté de regreso en Washington. Entre ese día y el 20, las autoridades del organismo deberían emitir algún gesto favorable a la concreción de un acuerdo, aprovechando el escenario de las sesiones de primavera. A partir de allí debería iniciarse el trabajo para acordar una nueva carta de intención. El convenio, finalmente, quedaría sellado a principios o mediados de mayo.
Antes de que se cumplan todos esos pasos, Singh insistió en sus reuniones con funcionarios nacionales y provinciales que primero tienen que completar varios casilleros. En lo que respecta a la Nación, sus deberes son conseguir la modificación a la leyes de Quiebras y Subversión Económica, demostrar cómo hará para cumplir con la meta de déficit fiscal pautada en el Presupuesto y conseguir que las provincias se comprometan a ajustar sus cuentas. Por el lado de los distritos del interior, su trabajo es empezar a retirar de circulación las cuasi monedas y equilibrar sus presupuestos.
Remes Lenicov consiguió la semana pasada que sus pares provinciales acepten establecer una meta de déficit fiscal que englobe al de la Nación y las provincias, en respuesta a una demanda histórica del FMI. De ese modo, la administración central tiene que conseguir que los gobernadores mantengan sus cuentas en orden o, de lo contrario, compensar los desequilibrios del interior con superávit en la Nación. Sin embargo, Singh vino por más. Ayer planteó que la Nación y las provincias establezcan algún mecanismo para garantizar el cumplimiento del último Pacto Fiscal, donde se contempla un ajuste en el gasto de las distritos del interior del 60 por ciento.
El otro tema que desvela al economista indio son los bonos provinciales. Tanto a Solá como a Todesca les dijo, en encuentros separados, que se tiene que definir un cronograma para retirar de circulación las cuasi monedas. El gobernador bonaerense le dijo que sólo podrá hacerlo si en lugar de patacones le entregan pesos, dado que la provincia es inviable sin esos recursos. Buenos Aires lleva emitidos 1800 millones de patacones, tiene previsto imprimir otros 280 en el corto plazo y pidió autorización a la Legislatura para lanzar 500 millones adicionales. Todesca también expresó las dificultades que existen en las provincias y remarcó que para un retiro gradual de bonos es imprescindible la asistencia financiera del FMI.
Igualmente, el viceministro empezó a estudiar un plan para sacar de circuito los patacones, Lecor (de Córdoba) y evitar que vean la luz los proyectados Petrom, que tienen previsto emitir las provincias de Mendoza, Río Negro y Chubut (ver aparte). Y en lo que respecta a la situación fiscal de la Nación, Todesca le dijo a Singh que esta semana el Congreso daría media sanción a la ampliación de la base imponible de Bienes Personales y la extensión del impuesto a las Ganancias a los jueces. Esosproyectos serían tratados mañana por la Cámara de Diputados. Otro proyecto que avanza es el que fijará el cobro, por una sola vez, de un impuesto a las empresas con alta rentabilidad que se vieron favorecidas por la pesificación de sus deudas.