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En conjunto, los docentes, los estudiantes, los empleados y las autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales declararon la emergencia presupuestaria y edilicia de esa institución de la UBA. “Si no encontramos una solución, en poco tiempo vamos a entrar en una situación desastrosa y no se van a poder dictar las clases”, advirtió, en diálogo con Página/12, el subsecretario de Gestión de la facultad, Gustavo Bulla.
En Sociales estudian hoy unos veinte mil alumnos divididos en dos sedes, una en la académica zona de Plaza Houssay y otra –conseguida en 1997 tras muchos reclamos– en Parque Centenario. La facultad cuenta con 1387 docentes y con un presupuesto anual de 10,8 millones de pesos. De ese monto, prácticamente el total (10,3 millones) se destina al pago de salarios docentes y no docentes. “Tenemos un problema muy serio de déficit presupuestario. El crecimiento vegetativo de la matrícula es muy importante: cada vez se requieren más designaciones docentes y, además, el espacio físico se vuelve más escaso. La Secretaría Académica está advirtiendo que, en estas condiciones, en 2003 no se van a poder empezar las clases”, explicó Bulla.
Los reclamos de la comunidad de Sociales por un aumento de recursos y por la unificación de sus sedes se repiten casi cada año. Pero esta vez asumieron una estrategia diferente. Antes, los reclamos se hacían siempre desde la gestión. Y, cuando cambiaban las autoridades, “había que empezar todo de cero”, contó la vocera de la facultad. Ahora, el centro de estudiantes, la gremial docente y la no docente, sumados al gobierno de Sociales, conformaron una Comisión por el presupuesto y el edificio único. “En el marco de la grave crisis que vive la Argentina, profundizada en los últimos días por la disparada del dólar y el consiguiente aumento del costo de vida... el ya insuficiente presupuesto universitario –que para el año en curso mantiene el recorte salarial del 13 por ciento y le agrega un ajuste de 300 millones de pesos– está al borde del colapso”, señala el primer documento elaborado por la comisión.
Puntualmente, la comunidad académica de Sociales declaró “la emergencia presupuestaria” y reclamó las siguientes cuestiones:
- Docentes: realizar 50 designaciones para cubrir la apertura de nuevas comisiones de prácticos y recibir 600 mil pesos anuales más para rentar a todos los docentes ad honorem. Las autoridades estiman que más de 300 profesores sin renta están al frente de cursos. “El presupuesto de esta facultad está congelado y eso implica una política de destrucción de Sociales”, dijo Néstor Correa, secretario general de AGD, la gremial docente. “No puede haber más trabajo sin remuneración. Los ad honorem no son graduados recientes, la mayoría son docentes con más de tres años de experiencia.”
- Becas: “Además de la superpoblación en las cursadas, que no entramos en las aulas y que no se nombran nuevos docentes, entre los estudiantes hay cada vez más dificultades para pagar el transporte hasta la facultad y para comprar los apuntes”, contó Laura Pouso (MRS), presidenta del centro estudiantil. “El centro está asignando 1200 becas para apuntes, pero no alcanza –siguió–. Queremos que el Rectorado se haga cargo de otras 1200, por lo menos, y que también distribuya becas de ayuda económica. Esta es la única facultad de la UBA que no tiene.” Esta semana se hará una feria para canjear apuntes usados: mañana y pasado, en la sede de Ramos Mejía al 800; y jueves y viernes, en la de Marcelo T. de Alvear al 2200, siempre desde las 17.
- Edificio: “Estamos entrando en un colapso edilicio, como en el ‘97 -graficó el subsecretario de Gestión–. Mil alumnos de la sede de Marcelo T. están cursando en aulas prestadas por la Escuela Carlos Pellegrini, la Facultad de Medicina y la de Odontología.” La comisión creada ad hoc concluyó que “Sociales necesita un edificio único que permita su integración académica e institucional. Y no sólo necesitamos un predio quepermita reunir a las cinco carreras y al instituto de investigaciones. Necesitamos además que ese edificio cuente con condiciones imprescindibles para desarrollar la vida universitaria, no un galpón donde adocenar estudiantes y docentes”. El año pasado se había anunciado la unificación de las sedes en Parque Centenario, mediante la ampliación de la sede. El proyecto estaba atado a un plan de infraestructura que corrió la misma suerte que el frustrado gobierno de la Alianza.
- Otras demandas apuntan a equipar la biblioteca (“tiene serios problemas de infraestructura, no compra nuevos títulos desde hace seis años”) y a “adecuar la planta no docente, congelada desde hace una década, a la masividad que hoy presenta la facultad”.
Mañana, a las 19, en la sede de Marcelo T., se hará una reunión interclaustros para abrir el debate sobre cómo continuar los reclamos en las próximas semanas. Las nuevas autoridades de Sociales saben que “el recambio del Rectorado (en mayo entra Guillermo Jaim Etcheverry, sale Oscar Shuberoff) es un momento clave para plantear la demanda”.