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Están habituados a quejarse, a confundir promoción sectorial con políticas de Estado. A no mirar más allá de sus mercados. A renegar de la voracidad del fisco. Sin embargo, algo parece estar cambiando en la economía, al menos desde la perspectiva de los principales empresarios, que no sólo consideraron mayoritariamente que el primer semestre de 2004 fue muy bueno para sus negocios, sino también que la bonanza se mantendrá el resto del año. Los datos fueron relevados por una encuesta realizada por la consultora D’Alessio Irol entre los 220 empresarios más importantes del país por encargo del Instituto para el Desarrollo Empresario Argentino (IDEA).
En el límite, el economista Javier González Fraga, invitado por IDEA a presentar la investigación, consideró que los últimos dos años fueron, en materia económica, los mejores de los últimos 30. El ex presidente del Banco Central explicó su optimismo. “Esto obedece a que por primera vez en tres décadas coinciden positivamente los cinco factores primordiales: fuerte crecimiento del producto bruto, baja inflación, bajas tasas de interés, superávit fiscal y tipo de cambio competitivo.” “Esta es una sana política económica”, sintetizó.
No obstante, González Fraga decidió matizar tanto optimismo haciendo referencia a algunas situaciones, molestas para los grandes empresarios, que resultan de la exclusión social en los antípodas. “Los empresarios están sorprendidos por una realidad mejor que la que pueden percibir debido a problemas políticos o de seguridad, por eso es necesario un divorcio entre esos temas y la actividad económica”, interpretó. Efectivamente se trata de dos realidades diferentes.
En la Encuesta de Expectativas de Ejecutivos, la decimosexta que realiza IDEA, el 48 por ciento de los consultados opinó que el último semestre fue mejor que el anterior, el 33 por ciento que fue igual y sólo un 19 por ciento que fue peor. Para los próximos seis meses, un 26 por ciento de los ejecutivos estimó que el panorama será mejor, un 47 por ciento que seguirá igual, y un 27 por ciento que será peor.
Además, un 39 por ciento de los empresarios dijo estar trabajando casi al límite de su capacidad instalada, entre el 85 y el 100 por ciento. De ellos, un tercio adelantó que realizará inversiones de capital en el próximo año.
En base a estos datos, el vocero de IDEA, Rubén Puentedura, destacó que “hay un crecimiento de la inversión, que aumentó un 30 por ciento en los últimos dos años y está orientada a recuperarse en eficiencia y competitividad”. También hizo hincapié en el aumento de la rentabilidad, que creció gracias a medidas estratégicas como la diversificación de productos y servicios, el logro de alianzas estratégicas y la inversión en nuevas tecnologías.
Todos esos factores confluyen para que un 27 por ciento de los consultados prevea una mejora en la rentabilidad en 2005, en tanto que el 41 por ciento espera que ese nivel se mantenga invariable y el 25 por ciento que empeore.
Entre los inconvenientes que surgen del relevamiento, la consultora D’Alessio Irol indicó que los empresarios están preocupados básicamente por la falta de mano de obra calificada, de trabajadores como matriceros, maestros queseros e ingenieros agrónomos, entre otros. Sobre este punto, subrayó la necesidad de un trabajo en conjunto de los empresarios y el Ministerio de Educación.
Sobre esta base predominantemente optimista, González Fraga evaluó que “ha vuelto la capacidad predictiva de los empresarios” y que “la posibilidad de planear negocios que se perdió en el ’99 se está recuperando y se afianzó en este último período”. Asimismo, puntualizó que “la rentabilidad es un dato nuevo en los últimos dos años para muchas empresas” y aseguró que “prácticamente todos los sectores están ganando plata”.
“La mayoría de los economistas no baja del 5 por ciento sus predicciones de crecimiento económico para este año”, destacó. El economista subrayó que “la inflación de 2004 estará cerca del doble de la de 2003”, cuando orilló el 3 por ciento, lo que puede estar indicando un cierto “recalentamiento en algunos sectores” que crecieron enormemente en los últimos dos años. Sin embargo, recomendó “no alarmarse, hay que acostumbrarse a eso”.