ECONOMíA › NO SUBIRA EL MONTO EXENTO EN BIENES PERSONALES

La sensibilidad de la derecha

 Por Claudio Zlotnik
y Raúl Dellatorre

El intento de un grupo de senadores vinculados a la oposición de derecha (López Murphy, Jorge Sobisch) por imponer un aumento en el valor exento del impuesto a los Bienes Personales chocó con la negativa del Poder Ejecutivo. “No recibí ninguna instrucción para acelerar proyectos que actualicen montos impositivos”, fue la escueta respuesta a este diario del titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, Jorge Capitanich, que asegura que, en materia tributaria, “todo se consulta con el Gobierno”. La cuestión tampoco figura en el anteproyecto de Presupuesto nacional 2006, y en las filas del kirchnerismo se asegura que no hay intención de mover una coma en leyes que puedan afectar la recaudación. Lo curioso es que, aun en tiempos electorales, sea la vieja derecha neoliberal la que presiona por bajar la imposición a los ingresos medios, mientras el mismo gobierno al que tildan de populista es el que se resiste.
Según la estimación que manejan en la Casa Rosada, aumentar el monto exento en Bienes Personales de los actuales 102.300 pesos –es el mismo valor con el que empezó a regir, en 1993– a 300 mil, equiparándolo a la evolución del tipo de cambio, le supondría un costo fiscal de unos 300 millones de pesos, casi un 20 por ciento de lo que obtiene por ese tributo anualmente –en 2004, recaudó 1661 millones de pesos–. Visto desde ese lado, el gobierno nacional no está dispuesto siquiera a entrar en consideraciones sobre la posibilidad de resignar esos recursos.
Ultimamente, han sido numerosos los proyectos presentados en el Senado para tratar de reflejar la evolución de la inflación en los pisos que rigen para diversos impuestos. Además del referido monto exento en Bienes Personales, también se propuso una actualización para el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias para la “cuarta categoría” (ingresos en relación de dependencia) y la aplicación del ajuste por inflación en los balances, para permitir actualizaciones de costos que bajarán el resultado impositivo (es decir, la ganancia gravada). Incluso, hay una propuesta para elevar el monto máximo de las operaciones que se pueden abonar en efectivo (de mil pesos; por más valor, debe hacerse en cheque).
El argumento del beneficio para la clase media de tales reformas es rechazado desde las filas oficialistas. “Se escudan en los que tienen bienes por 150 o 200 mil pesos, pero en realidad subir el mínimo a 300 mil a los que más beneficia es a los que tienen propiedades por 500 mil pesos o más, o que han comprado grandes bienes últimamente”, razonan en los despachos de la Rosada. La explicación es que no todo aquel que tiene una propiedad de 35 o 40 mil dólares es blanco del impuesto, ya que la valuación se hace por el valor en pesos al momento de la adquisición, o por la valuación fiscal si no hay una transferencia reciente. Y en el caso de bienes gananciales, el valor de la propiedad se divide entre los cónyuges. En cambio, quienes tienen valores muy superiores están expuestos al tributo, y subir el monto exento se los reduce en forma directa.
“Detrás de este proyecto están Salvatori (Pedro, del MPN de Sobisch) y Gómez Diez (salteño, ex compañero de fórmula de López Murphy), pero no van a lograr sumar ocho votos en la comisión para imponer el dictamen”, aseguran los que “cuentan porotos” para el oficialismo. Y aunque aquellos levanten las banderas de la defensa de la clase media en plena campaña, aseguran que su proyecto “no pasará”.

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