La reunión entre las cuatro entidades representativas del agro y la ministra de Economía, Felisa Miceli, no quedó limitada a una pulseada por la baja en las retenciones a las exportaciones primarias, como se temía. Los reclamos del sector productor en favor de las regiones más postergadas encontraron respuesta en la promesa de discusión de políticas activas de aliento a la producción en áreas específicas. El clima fue auspicioso. Algunos salieron sumamente entusiasmados, como Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria. Otros, simplemente conformes, como Luciano Miguens, de Sociedad Rural. El cambio de escenario también dejó a la luz las diferencias de enfoque ideológico entre las distintas entidades.

“El tema de las retenciones no está en discusión”, admitió Miguens a la salida del encuentro, que tuvo lugar en el Palacio de Hacienda desde poco después de las 18. “La ministra dijo que está en estudio la creación de un fondo, con esos ingresos, para alentar la producción del sector pecuario y de lácteos”, completó. La idea que barajó Economía –Miceli estuvo acompañada por Miguel Campos, secretario de Agricultura– es generar créditos a tasa subsidiada para los sectores más postergados o con dificultades para ampliar la oferta, siempre cuidando de no provocar un impacto sobre los precios finales que afecte el costo de la canasta de alimentos.

“Las retenciones, como instrumento, no se tocan. Pero áreas como la producción de peras y manzanas del Alto Valle o el algodón en el Noreste podrían recibir la devolución de las retenciones en forma de créditos con tasas subsidiadas en 3 o 4 puntos”, describió uno de los asistentes al encuentro.

La contundencia del rechazo de Miceli a una rebaja general de las retenciones le cambió el eje al planteo de los ruralistas. “Hagan propuestas concretas y nos ponemos a trabajar en políticas de apoyo a la producción en esos sectores”, arrojó la ministra sobre la mesa. Los dirigentes rurales se miraron entre sí y se inició una desordenada enumeración de necesidades y demandas. Miceli los interrumpió y les sugirió volver con propuestas específicas para analizarlas con el secretario de Agricultura. “A mi vuelta de Brasil, el jueves, nos ponemos a trabajar”, los desafió.

Desde la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales se miraron entre resignados y conformes (también participó Coninagro). No era lo que querían, pero tampoco se iban sin nada. Buzzi tuvo una interpretación mucho más entusiasta. “Economía tiene ahora otra visión del tema, ya no es lo de Lavagna, que simplemente veía los resultados globales de la cosecha y presentaba al campo como si todos fuéramos lo mismo; ya no hay una confianza ciega en el mercado, hoy volvemos a hablar de políticas activas y hasta de precios sostén para algunos productos. Acá cambió la perspectiva”, señaló.

Las retenciones seguirán siendo el instrumento generador de recursos, que hará partícipe al Estado de la renta agraria en épocas de auge. Los créditos subsidiados del Nación, el distribuidor de recursos en áreas elegidas. Miceli dejó abierta la puerta, además, para tratar otras cuestiones estructurales para el sector, como la política impositiva o la adecuación de la ley de emergencia agropecuaria, que ya tienen reservadas algunas páginas, aunque en meses venideros, en la agenda agropecuaria.