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Una polémica sobre la continuidad de la Marcha de la Resistencia

Hebe de Bonafini anunció para fin de este mes la última Marcha de la Resistencia. Se fundó en que “el enemigo no está en la Casa Rosada”. Abuelas y otros organismos discrepan con su propuesta.

 Por Adriana Meyer

Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, ratificó ayer que la próxima Marcha de la Resistencia será la última, y se desató la polémica. “Lo sentimos así porque el enemigo ya no está en la Casa Rosada como en la dictadura, como con los anteriores presidentes, y a este gobierno ya no hay que resistirle sino acompañarlo, es un nuevo momento político con un proyecto latinoamericano que es como siempre lo soñamos”, explicó la dirigente a Página/12. “No fuimos consultados, si (Bonafini) lo da por terminado no estará su presencia, y se lo puede respetar, aunque no lo compartimos porque no es una marcha contra el gobierno y aunque se va en sentido positivo es necesario seguir pidiendo: no se sabe dónde están 30 mil desaparecidos, no están en la cárcel todos los asesinos y no hemos encontrado aún 500 chicos robados”, expresó Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, consultada por este diario respecto de la decisión de una de las dos entidades que nuclean a las Madres.

Aunque seguirá las rondas de los jueves alrededor de la pirámide de Mayo, la Asociación realizará el 25 y 26 de enero la última de las históricas marchas de 24 horas (la número 1500) que se hicieron durante 25 años, con el apoyo de variadas organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos. Por su parte, Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora ya realizó su Marcha de la Resistencia el 7 y 8 de diciembre.

Tras aclarar que aún no conversaron la cuestión con los demás organismos de derechos humanos, Carlotto adelantó que la marcha “no se va a dejar de hacer” porque “de alguna manera la inventamos entre todos”. Sin embargo, Bonafini enfatizó: “La marcha siempre fue de Madres y otros organismos la tomaron pero nosotras somos las creadoras”. Y describió que la movilización que armaron para la semana próxima “será muy fuerte, con un concierto de 24 horas en dos escenarios y la radio transmitiendo, bajo la consigna ‘mil quinientos jueves de lucha y resistencia contra el hambre que es un crimen’”. Página/12 le preguntó si consideraba terminada la resistencia. “Ya no hay que resistirle a este gobierno, que es incluso más de lo que uno esperaba, salvo en cosas puntuales como lo que pedimos: distribución de la riqueza, ya”, respondió Bonafini. “La Marcha de la Resistencia tuvo su razón de ser con gobiernos que nunca escucharon a las Madres y no es el caso de la gestión del Néstor Kirchner”, concluyó.

La dirigente de 77 años había argumentado que muchas de las Madres ya no pueden aguantar la marcha de 24 horas, incluso por dificultades para caminar. Adriana Calvo, que pertenece a la Asociación Ex Detenidos-Desaparecidos pero opinó a nivel personal, refutó los razonamientos de Bonafini. “Es de poca solidez decir que están viejas, es un acto simbólico independientemente de que estuvieran toda la noche, porque la mayoría de los jóvenes para los cuales ellas eran un símbolo sí se quedaban las 24 horas”, indicó desde su lugar de veraneo. Respecto del posicionamiento frente al Gobierno, Calvo expresó que “no diría que Kirchner es el enemigo, pero hay muchos motivos de seguir resistiendo: el hambre, el desempleo, haber pagado la deuda cuyo no pago fue una consigna histórica de Madres y otros organismos”. En coincidencia con Carlotto, esta ex detenida consideró que la Marcha no dejará de existir. “No es que no se va a seguir haciendo sino que la Asociación no participará”, precisó.

En diálogo con este diario, la presidenta de Abuelas expresó que “al enemigo en la Rosada lo dejamos de tener cuando llegó la legalidad y la constitucionalidad democrática”. Y aunque destacó que “tenemos un gobierno que está haciendo mucho, también es mucho lo que falta”.

Hugo Cañón, fiscal general y presidente de la Comisión por la Memoria, afirmó a Página/12 que “unos marcharán, otros no, pero todos los que luchamos contra la injusticia tenemos que seguir resistiendo, porque no se puede dejar de hacerlo más allá de las formas que cada organismo considere”. Por su parte, Leopoldo Tiseira de H.I.J.O.S. opinó que “el hecho de que el Gobierno haya tomado como propias cuestiones históricas de los organismos no tendría que querer decir de ninguna manera que no hay cosas graves para denunciar, tales como que peligra la libertad sindical, que los milicos se resisten a ir presos, que la riqueza se resiste a ser distribuida”. De todos modos aseguró que están “tranquilos” porque “las Madres de las dos líneas van a seguir marchando cada jueves de su vida en la plaza”.

También a título personal, Marta Vedio, integrante de la APDH La Plata, expresó su desacuerdo con la suspensión anunciada por Bonafini. “La resistencia adquirió ribetes que exceden en mucho el reclamo de ‘juicio y castigo’, y aquel reclamo recién comienza a cumplirse porque tenemos que ver aún muchas condenas”. La militante recordó que con las leyes de impunidad recuperaron la libertad unos 1000 represores y “hoy menos del 10 por ciento están presos”. Vedio aclaró que respeta la opinión de la Asociación pero insistió en que “no deberíamos terminarlas (las marchas) porque también significan la lucha contra el liberalismo y sus consecuencias, de cuyo fin estamos muy lejos”.

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Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, propone un cambio.
 
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