Martes, 17 de enero de 2006 | Hoy
La sonda New Horizons tiene luz verde para despegar, a partir de hoy, rumbo a Plutón. El viaje demandará entre 9 y 14 años.
Por Alicia Rivera*
Plutón, el único planeta del Sistema Solar que no ha sido visitado u observado de cerca por una nave espacial de la Tierra, es el objetivo de la sonda New Horizons que a partir de hoy tiene luz verde para despegar. Tiene por delante un largo viaje de 5000 millones de kilómetros que cumplirá en 10 años como mínimo y realizará la mayor parte del trayecto en hibernación.
Cuando esté aproximándose a Plutón, sus cámaras y detectores empezarán a funcionar para captar detalles nunca vistos del planeta y de su luna Caronte; se acercará hasta 10.000 kilómetros del último astro del Sistema Solar, pero pasará de largo, no está diseñada para descender allí, ni siquiera para ponerse en órbita, ambas cosas demasiado complicadas con los recursos disponibles. Pero con la información que recoja en el sobrevuelo los científicos esperan comprender mejor ese mundo extraño que es Plutón, o ese sistema planetario doble Plutón-Caronte, como prefieren algunos.
Plutón es un planeta pequeño (dos tercios del diámetro de la Luna terrestre) y helado (230 grados centígrados bajo cero, según se ha podido determinar hace poco). Visto desde la Tierra, ese cuerpo celeste remoto es 50.000 veces menos brillante que Marte y su diámetro aparente es un 1 por ciento del diámetro del planeta rojo. Seguramente está hecho de hielo y roca, y su superficie muestra un fuerte contraste de zonas brillantes y zonas oscuras. Es un mundo misterioso.
La misión a Plutón es un viejo sueño de los científicos espaciales que ha pasado por varios retrasos, cancelaciones, cambios de nombre y modificaciones de planes hasta llegar a la rampa de lanzamiento. La oportunidad comenzó el pasado 11 de enero, pero hubo que retrasarlo por problemas técnicos del cohete. New Horizons lleva siete instrumentos científicos a bordo, incluidas cámaras, y una gran antena para mantener la comunicación con la Tierra; la misión cuesta 700 millones de dólares, algo menos del presupuesto inicial de la misión de los dos robots Spirit y Opportunity en Marte.
New Horizons ha sido desarrollada por el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins, por encargo de la NASA, con Alan Stern, del Instituto de Investigación del Suroeste (Boulder, Colorado), como investigador principal.
El lanzamiento a bordo de un cohete Atlas V desde la base espacial de cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.) puede realizarse entre hoy y el 14 de febrero, y depende del día en que salga así será su trayectoria. Si parte antes del 28 de enero, pasará por Júpiter (a una velocidad de 27 kilómetros por segundo) 13 meses después de salir de la Tierra, tomará impulso gravitacional en el planeta gigante y llegará a Plutón a mediados de 2015. Si se retrasa la partida unos días, hasta el 2 de febrero, todavía podrá impulsarse en Júpiter y llegaría a su destino en 2016 o 2017. Las cosas pueden complicarse y todavía, hasta el 14 de febrero, es posible el lanzamiento, pero ya no estaría Júpiter en la trayectoria y el viaje de New Horizons podría alargarse hasta julio de 2020. Si se llegase al 15 de febrero con el cohete –y la sonda– en tierra, habría que aplazar la partida de la nave un año.
New Horizons pesa casi 500 kilos, con una antena principal de 2,2 metros de diámetro. A bordo lleva un generador termoeléctrico de radioisótopos para suministrar energía a los sistemas, ya que tan lejos del Sol como va de nada servirían unos paneles solares. Será la nave más rápida que ha salido de la Tierra: llegará a la altura de la Luna en nueve horas (los astronautas del programa Apolo tardaban tres días). Si pasa por Júpiter tomará datos del planeta y sus lunas, pero durante la mayor parte del viaje New Horizons estará hibernada, lo que permite un ahorro de recursos nada despreciable para la NASA; cada año se cumplirán unos días de pruebas para verificar que todo funciona.
La hora de la verdad será al llegar a Plutón. La sonda automática se acercará hasta 10.000 kilómetros de la superficie del planeta y a 27.000 kilómetros de Caronte. En ese momento, New Horizons estará a 5000 millones de kilómetros de la tierra (32 veces la distancia de nuestro planeta al Sol) y las radioseñales, viajando a la velocidad de la luz, tardarán cuatro horas y 25 minutos en llegar. Esa fase clave de toma de datos durará unos meses, antes, durante y tras la máxima aproximación. Después, si la nave sigue funcionando correctamente, podría dirigirse al Cinturón de Kuiper, la cuna de los cometas del Sistema Solar.
Seguramente esa región también es la cuna de Plutón. Tan extrañas son las características del último planeta del Sistema Solar y tan peculiar su órbita que los científicos discuten desde hace tiempo los motivos de tanta originalidad y consideran que el remoto mundo helado no se formó como los otros ocho planetas, sino que es un cuerpo grande del Cinturón de Kuiper, no el único doble, pero sí, por ahora, el único con múltiples lunas.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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