Jueves, 9 de febrero de 2006 | Hoy
La aftosa causa preocupación entre los productores porque el último foco detectado en el 2000 fue muy traumático para el sector. En la zona de Corrientes era esperable que apareciera un foco de aftosa y apareció. Ahora lo importante es focalizar, aislar y erradicar el ganado afectado. Si estos pasos se siguen y no surgen otros casos, en dos meses la situación se puede regularizar. En este momento es difícil proyectar el impacto que tendrá la noticia en el conjunto de las exportaciones. El bloqueo de algunos mercados como el chileno son medidas precautorias y temporarias hasta que se aclare la situación. Si se produjera una pandemia, hecho altamente improbable, los precios podrían llegar a caer entre 20 y 30 por ciento. Pero por ahora lo único que se puede esperar es una baja en los próximos dos días, porque muchos productores van a aumentar la oferta por temor al cierre de otros mercados. Lo que deja en claro esta situación es que el Senasa requiere un sistema de informatización eficiente para tener identificado a cada uno de los novillos y poder mejorar los controles. En la actualidad, la situación es muy precaria porque ni siquiera se sabe cuántos animales hay en el país. Los productores dicen que son cerca de 35 millones y el Senasa dice que son cerca de 50 millones.
El efecto inmediato de la aftosa es el cierre del mercado chileno. Esto va a generar una baja temporal y generalizada de precios en el mercado interno, porque de los 18 cortes que se comercializan Chile compra 14. Sin embargo, es difícil estimar qué magnitud va a tener la caída. Uruguay también cerró sus fronteras, pero eso no tiene ninguna incidencia económica. Con relación a los otros mercados, lo más probable es que la Unión Europea y Rusia no cierren más que la zona del foco. Lo que debemos intentar es que sólo se mantenga bloqueada la región donde surgió el problema y los siete departamentos colindantes, para poder reestablecer las ventas en el menor tiempo posible. Si se hacen las cosas bien, este problema puede durar entre 3 y 5 meses. Los daños no van a ser como cuando se detectó la aftosa en 2001 y se terminaron cerrando todos los mercados, porque en ese momento se intentó ocultar el problema y encima estábamos sin vacunación. Ahora, en cambio, se procedió con rapidez denunciando el hecho y más del 95 por ciento de la hacienda está vacunada. No obstante, esta noticia también retrasa la posibilidad de volver a comerciar carne con Estados Unidos. Algunos señalan que ellos van a tardar un año para volver a analizarlo. Nosotros creemos que ese plazo se puede reducir si se logra regionalizar el país para que comiencen a aceptar exportaciones de algunas regiones.
El foco de aftosa no necesariamente va a provocar una baja de precios. Si bien las exportaciones han venido aumentando, el 75 por ciento de la demanda es interna y va a seguir creciendo. Además, la aparición del virus no implica el cierre automático de todos los mercados, aunque significa un fuerte retroceso. El principal impacto lo provocó el cierre del mercado chileno porque Argentina le vende un monto significativo y porque las normas severas que ellos tienen y la presión de sus ganaderos van a retrasar la normalización. Lo que hagan Paraguay, Brasil y Uruguay no tiene mayor relevancia comercial. Ahora hay que ver cómo evoluciona el foco para ver qué decisión terminan tomando mercados relevantes para el país como la Unión Europea, Rusia y los países árabes. Lo importante es que se actuó rápido. Cuando en 2001 se produjo un foco de aftosa, las autoridades dijeron que no era cierto y taparon la información durante varios meses. Ahora, la difusión inmediata que le dio Senasa al tema le otorga credibilidad al organismo y sirve para acelerar la recuperación. El contrabando de animales de Paraguay y Brasil y la falta de vacunación pueden ser las causas que motivaron la reaparición del virus, pero es muy difícil saberlo porque éste puede ser transmitido hasta por las personas. Ahora lo importante es tratar de volver a la normalidad cuanto antes.
Ante la confirmación de un foco de fiebre aftosa en Corrientes, la preocupación de la entidad es grande. En los últimos años los productores invirtieron mucho dinero, se esforzaron para lograr un status sanitario de excelencia y acompañaron las políticas públicas que buscaban garantizar la calidad de los rodeos. Así se ganaron más de 75 mercados. Sin embargo, ahora la producción se verá seriamente afectada por el bloqueo de las exportaciones. Chile ya cerró su mercado y otros van a seguir el mismo camino. Está claro que hubo una falla importante en los controles. Ahora esperamos que se clarifiquen las causas que motivaron la reaparición de la aftosa y se identifique y castigue a los responsables de este hecho que genera nefastas consecuencias. Si de ahora en más se procede correctamente aislando la zona y erradicando el ganado infectado es posible que en la reunión de mayo de la Organización Internacional de Epizootias se pueda comenzar a normalizar la situación del sector. Se debe proceder con la eficacia que se tuvo cuando surgió el foco de aftosa en Tartagal durante 2003. En las próximas semanas los precios van a evolucionar a la baja, pero no se puede saber cuánto, porque eso lo define la oferta y la demanda. Luego de esta noticia la energía que se estaba destinando a los acuerdos de precios se va a tener que invertir en la discusión de políticas agropecuarias y un plan ganadero nacional que ayude al productor a salir de esta situación.
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