Funcionarios de Argentina, Brasil y Venezuela iniciaron ayer en Caracas una reunión para evaluar la construcción del ambicioso Gran Gasoducto del Sur, que espera unir a Sudamérica con 8000 km de tuberías. La reunión, que culminará hoy, contará con la presencia de los ministros de Energía de Venezuela, Rafael Ramírez; de Brasil, Silas Rondeau Cavalcante, y de Planificación de Argentina, Julio De Vido.

Seis grupos discutirán aspectos técnicos sobre el gasoducto, como su financiamiento, pago de impuestos, ruta y el programa definitivo para arrancar su construcción, prevista para el segundo semestre de 2006. El gasoducto, impulsado en forma conjunta por los gobiernos de Venezuela, Brasil y Argentina, planea surtir de 150 millones de pies cúbicos de gas a siete países, desde el Caribe continental al Río de la Plata.

El gasoducto bajará del Caribe a las ciudades venezolanas de Puerto Ordaz y Santa Elena de Uairén (limítrofe con Brasil), a la brasileña Manaos (Amazonia), donde se dividirá en dos ramas, una hacia el noreste brasileño y otra hacia Brasilia y Río de Janeiro, desde donde seguirá a Uruguay y Argentina. Para este proyecto se ha previsto una inversión de 20.000 millones de dólares.