Después de todo un día de duras negociaciones, los sindicatos de trabajadores petroleros y las cámaras empresarias del sector seguían anoche sin poder alcanzar un acuerdo. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, intentaba limar las diferencias. La propuesta que se discutía al cierre de esta edición era que las empresas asuman el costo del impuesto a las Ganancias que pagan sus empleados. Las compañías estaban dispuestas a hacerlo hasta un máximo de 1000 pesos anuales, pero para los gremios era insuficiente. A pesar de la continuidad del conflicto, el abastecimiento de gas dejó de correr peligro porque los sindicatos de Neuquén y Río Negro restablecieron el servicio.

La disputa había tenido una primera parte de resolución anteayer, cuando el Gobierno accedió a descontar los rubros “comida” y “transporte” de la nómina salarial de la base imponible de Ganancias, con lo cual las deducciones por este gravamen se achicarán. Esa propuesta fue aceptada por el sindicato petrolero de Neuquén y Río Negro, pero no alcanzó para las federaciones de Chubut y Santa Cruz. Los delegados de esos gremios reclamaron que, además, las empresas hicieran su aporte para reducir todavía más la carga impositiva.

“La responsabilidad de la paz social y la cobertura de los servicios es del Gobierno, del empresariado y de los trabajadores”, remarcó por la mañana el titular del sindicato de Chubut, Mario Mansilla, quien completó esa declaración con la advertencia de que la medida de fuerza continuará el tiempo que haga falta. La demanda puntual de los gremios, a la que se sumaron los de Neuquén y Río Negro, es que las compañías carguen con la porción del impuesto a las Ganancias que genera la liquidación de horas extra. En esta actividad, las horas extra son un complemento que representa entre un 15 y un 20 por ciento del salario.

Entre los 20.000 trabajadores de la industria del petróleo hay diferentes especializaciones, pero un sueldo medio se ubica en torno de los 3500 pesos. A eso se suman unos 700 pesos en vales de comida y otros 300 en viáticos. Las horas extra aportan aproximadamente otros 1000 pesos. Sobre ese total, la carga de Ganancias equivale a unos 500 pesos mensuales. Aquellos que trabajan en sectores más jerarquizados, como perforación, llegan a pagar cerca de 1000 de ese impuesto.

El pedido inicial de los sindicatos fue que el Gobierno elevara el mínimo no imponible de Ganancias, tal como hizo en marzo pasado luego de los incidentes en Las Heras, Santa Cruz, también motivados por los descuentos impositivos. En aquella oportunidad, el Ejecutivo terminó resolviendo beneficiar a todos los contribuyentes con esa medida, no sólo a los petroleros. Ahora, en cambio, eligió otro camino, para no comprometer una nueva pérdida de recaudación. Decidió buscar un arreglo específico para esos trabajadores y, como máximo, incluyó en el proyecto de Presupuesto para 2007 una cláusula que lo autoriza a subir el mínimo no imponible. Pero la posibilidad de aplicar esa medida queda para más adelante.

La situación es complicada de por sí, pero además el frente sindical muestra fisura. Los resultados de las negociaciones que seguían anoche en el Ministerio de Trabajo serán comunicados a “las bases petroleras” y ahí se decidirá si se levantan las medidas de fuerza, indicó Luis Cárdenas, titular del gremio en Santa Cruz. Desde las empresas comentaron que las bases no responden a quienes encabezan el diálogo en la cartera laboral y aseguraron que en Santa Cruz y Chubut la producción “está parada”. Esas provincias son proveedoras de crudo, por lo que la situación es menos acuciante que anteayer, cuando también pararon Neuquén y Río Negro y también faltaba gas. Las refinerías de petróleo tienen insumos para mantener la producción por varios días. “Seguimos a la espera de una respuesta satisfactoria. Por ahora mantendremos el paro que decidió la asamblea”, ratificó uno de los delegados de base de Las Heras, Luis Guineo.