ECONOMíA › INFORME DE STANDARD & POOR’S SOBRE ARGENTINA
Al tope del ranking de quiebras
A través de dos informes difundidos en Nueva York y en París, respectivamente, Standard & Poor’s (S&P) subrayó algunos de los aspectos críticos de la realidad local. Según el primer trabajo, en su situación actual Argentina tiene una escasa capacidad de aplicar políticas creíbles. De acuerdo al segundo, el país sigue a Estados Unidos en el ranking de naciones con mayor número de empresas quebradas.
De acuerdo al seguimiento de la consultora, las 15 cesaciones de pagos de empresas privadas que se registraron en la argentina durante el 2001 la ubican en el segundo lugar, aunque lejos de las 162 empresas estadounidenses que quedaron en idéntica situación. Pero más preocupante aún que ese lugar en la nómina de países con firmas en problemas financieros es el pronóstico que S&P hace respecto al futuro argentino: “en el año 2002 el riesgo de quiebras seguirá elevado, debido a la inestabilidad económica actual”.
En el informe fechado en París, la calificadora expuso opiniones igualmente negativas acerca del presente y las perspectivas argentinas a corto plazo. Al igual que los funcionarios del Fondo Monetario Internacional o que lo sugerido por el Departamento de Estado, volvió a reclamó un programa económico “creíble y sustentable”, particularmente necesario después de la declaración del default. “La negociación con los acreedores será larga y complicada”, advierten los técnicos de S&P.
La condición para que Argentina pueda enfrentar su crisis es una “buena estrategia y estabilidad política”, lo que a juicio de los consultores le facilitaría las renegociaciones con los acreedores. Entre los límites que el gobierno local enfrentaría en la actualidad, estaría el hecho de que “la clase política está muy desacreditada” y su capacidad de aplicar políticas muy menguada.
Los informes de S&P siguen en la tónica crítica respecto al país y a sus perspectivas de superar la crisis que exhibían durante los meses previos al colapso institucional y financiero actual. Su preocupación, tal como quedó expresada en uno de los trabajos anteriores, es que debido a ella, se fomente desde Argentina un cuestionamiento al consenso de Washington, aquel acuerdo por el cual Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito promovieron la aplicación de “cambios estructurales” y recetas neoliberales a partir de los años 80.