El sistema de generación de electricidad dispondrá en el verano de 180 megavatios adicionales mediante grupos electrógenos diésel, que serán trasladados por camión para ser instalados directamente en las subestaciones, señalaron ayer fuentes del Gobierno. Se trata del esquema de “generación distribuida” ideado para completar necesidades energéticas en diversos puntos del país, que fue diseñado por la Secretaría de Energía y licitado por la estatal Enarsa.

El sistema de generación distribuida atenderá situaciones puntuales y, al ser instaladas directamente en las subestaciones, se evitará recargar el sistema de transporte. Se estima que los primeros de estos grupos electrógenos estarán disponibles en la segunda quincena de diciembre, y el resto en enero. Energía ideó este sistema generador transportable para hacer frente a incrementos de demanda eventuales, pero en el sector consideran que debería convertirse en una “herramienta estratégica” permanente, para uso en situaciones de emergencia o escasez prolongada.

Las generadoras móviles estarán ubicadas en la costa bonaerense (Pinamar), La Rioja e Isla Verde (sur de Córdoba) con 20 megavatios de potencia; Chaco, Catamarca, Junín y Pehuajó, con 19,5 MW en cada caso; Formosa (Pirané), 30 MW, y Castelli, 15 MW.

En tanto, el secretario de Energía, Daniel Cameron, sostuvo ayer que las fuentes de energía renovables –eólica, solar, biomasa– y la eficiencia en el uso de la electricidad son las opciones más realistas para mejorar la oferta energética, en un contexto mundial de aumentos de precios de los hidrocarburos. El funcionario puntualizó que, aun en el largo plazo, las fuentes de abastecimiento más importantes seguirán siendo los combustibles fósiles, junto con la hidráulica y la nuclear, pero consideró que las fuentes de energía renovables complementarán y compensarán la oferta.

“La eficiencia energética sigue siendo todavía la fuente de energía más económica y menos aprovechada”, remarcó Cameron. Además, sostuvo que la serie de programas dispuestos por el Gobierno para racionalizar el consumo –por caso, en edificios públicos– y en la fabricación de artículos electrodomésticos, apuntan a lograr un ahorro de 7 por ciento en el consumo de electricidad en 2016.