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La presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó Del Pont, y el economista brasileño Luiz Carlos Bresser Pereira, dos reconocidos defensores de políticas económicas heteredoxas, polemizaron ayer sobre las consecuencias de la reapertura del canje de deuda. La funcionaria defendió la jugada y argumentó que el crédito externo que se conseguiría a partir de esta operación “estará dirigido al pago de vencimientos de deuda, con el objetivo de mantener elevado el gasto público, en su rol anticíclico”. En cambio, Bresser Pereira había advertido que “el ahorro externo provoca desastres”. Fue durante la presentación de un coloquio que está organizando el Cefid-Ar, el centro de estudios de la banca pública y cooperativa.

El tema central del coloquio no podía resultar más apropiado para la coyuntura económica del país. Se propone indagar sobre “Financiamiento y crecimiento: las enseñanzas de la situación latinoamericana”. El acceso a los mercados que habilitaría el canje de deuda se convirtió en uno de los ejes de debate. La controversia entre Marcó Del Pont y Bresser Pereira mostró que las potencialidades del crédito externo no están claras, sobre todo para los países subdesarrollados. Es que los flujos financieros no son fáciles de controlar y producen fuertes distorsiones.

A diferencia de la etapa de la convertibilidad, donde el financiamiento externo era un pilar del modelo, generando una debilidad estructural creciente, “desde 2003 hasta 2007, la deuda privada no se incrementó, y el fabuloso crecimiento se financió únicamente con ahorro interno. Hay una notable expansión sin deuda y los compromisos externos privados son pagables”, explicó Bernardo Kosacoff, economista de la Cepal, quien compartió el panel junto a Matías Kulfas, director del Nación; Alberto Couriel, senador del Frente Amplio en Uruguay, y Marcó Del Pont.

En sintonía con esta parte de la exposición, Bresser Pereira (quien intervino desde el público) coincidió con muchos economistas que descreen de los beneficios de “la vuelta a los mercados”. “Argentina no necesita del ahorro externo. Este es un elemento que provoca desastres porque tiende a generar una apreciación en el tipo de cambio y va en contra del ahorro interno.” El brasileño cree que, en la actualidad, uno de los problemas de la región (como lo fue en los ‘60 el deterioro de los términos del intercambio) es la tendencia a la apreciación del tipo de cambio. En efecto, Brasil acaba de introducir un impuesto y mayores controles sobre la entrada de capitales para evitar la pérdida de competitividad del real.

“Creo que la financiación tendrá como objetivo el pago de vencimientos de deuda, para no resignar el gasto público y su rol anticíclico”, respondió Marcó Del Pont. La reapertura también puede destrabar la situación con el Club de París y la funcionaria resaltó su importancia: “Se abrirían posibilidades de financiamiento para empresas extranjeras”, indicó.

“Es una normalización de las relaciones financieras. Permite mejorar la intervención financiera doméstica”, indicó también desde el público Carlos Quenan, de Iheal (Instituto de Altos Estudios Financieros de América latina, por sus siglas en francés). Destacó la herramienta del financiamiento frente a la tendencia a dolarizar carteras, motivada, en su visión, por la incertidumbre de que el Gobierno pueda hacer frente a los vencimientos de deuda. Kosacoff destacó la utilidad del crédito para financiar el crecimiento de largo plazo. “Tengo la convicción de que el financiamiento no se utilizará en ningún esquema de valorización financiera”, dijo Marcó Del Pont, buscando ahuyentar dudas.

Informe: Javier Lewkowicz.