ECONOMíA › ACREEDORES ALEMANES RESISTEN UNA QUITA DEL 70%
La cara Kruell de la deuda
Será una negociación despiadada. Petra Kruell, directiva de la Asociación Alemana de Defensa de Propietarios de Valores (DSW), desmintió que los acreedores alemanes estén dispuestos a reconocer una quita en el capital de los bonos argentinos en su poder. En cambio, Kruell admitió que los acreedores germanos podrían aceptar plazos de pago más largos y rebajas en las tasas de interés. Roberto Lavagna anunció que la renegociación formal de la deuda comenzará en septiembre. Y en Economía insisten, en privado, que la idea es proponer un recorte del capital de hasta el 70 por ciento.
“No existe ningún acuerdo entre los acreedores para la quita. Nuestro objetivo es proteger la base de capital de nuestros inversionistas, el valor nominal de los títulos: eso tiene absoluta prioridad”, afirmó la representante de los “inversores” que apostaron a los bonos de la deuda argentina.
Durante el fin de semana circularon versiones que aseguraban que la mayor parte de los acreedores alemanes aceptarían una quita de capital del 60 por ciento. Esos rumores hicieron que, rápidamente, directivos de las asociaciones que agrupan a acreedores italianos y japoneses salieran a negar la posibilidad de que ellos siguieran el mismo camino y ratificaron que se sentarían a negociar si no se contemplaban ajustes de capital.
Ayer fue Kruell la que negó que los alemanes fueran más piadosos con el gobierno argentino. Sin embargo, reconoció que sí estarían dispuestos a hablar de plazos y tasas de interés. “En vista de la situación de Argentina, contamos con que podría haber plazos de vencimiento más largos y quizás también rebajas de los intereses”, sostuvo. La DSW fundó junto con un consorcio de bancos europeos bajo la dirección de la segunda entidad alemana, el Hypovereinsbank, la “Argentine Bond Restructuring Agency” (ABRA), una entidad destinada a defender los intereses de los ahorristas del viejo continente que invirtieron en títulos argentinos. La ABRA tiene actualmente la representación de inversores con títulos de la deuda por 1000 millones de dólares, una porción menor del total de bonos en default, que asciende a más de 60.000 millones de dólares.