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El encuentro de la Convocatoria Económica y Social dio lugar a un intenso contrapunto conceptual entre los participantes. La cuestión de la soberanía, en relación a los convenios internacionales de inversión, y la concentración económica, como problema estructural no resuelto, fueron algunos de los asuntos abordados. El ex canciller Jorge Taiana rememoró la lucha que terminó con la derrota del ALCA en 2005, señalando que “ya entonces percibimos que estábamos ante un mundo en proceso de cambio”. Apuntó que coincide con Ferrer en que “hoy se abren múltiples posibilidades para Argentina en la relación con nuevos actores”, pero advirtió al mismo tiempo que “sigue existiendo hegemonía de parte del capital financiero”.

Taiana señaló que “fuimos muy exitosos en redistribuir el ingreso, pero lo fuimos menos en redistribuir la capacidad de producir: la estructura productiva sigue siendo muy concentrada en Argentina, y extranjerizada”. Y subrayó que consideraba necesaria “una mayor integración regional para darle más sustento a una política de desarrollo; en esta materia, estamos estancados”.

Stella Maris Biocca, especialista en derecho internacional, remarcó la importancia de valorizar el concepto de soberanía, frente a un pensamiento “globalizado en el que no valen los Estados nacionales ni tampoco la ideología”. Indicó que se trata de “una enorme confusión que planea por todos lados, incluso por nuestras facultades de derecho”, en donde se acepta como una situación normal la transferencia del poder del Estado en favor de los grupos concentrados.

En tal sentido, la doctora Biocca advirtió a los legisladores y funcionarios sobre la firma de tratados internacionales sin mirar las consecuencias futuras. “Se aprueban códigos con gran fiesta y sin atender las trampas ocultas en la letra chiquita.” Inquietó aún más a su audiencia al repasar “el ejercicio legítimo de soberanía que concretó el parlamento de Bélgica, dictando una verdadera ley antitrust en contra de los fondos buitre, sin hacer consideraciones sobre si eso iba a afectarlos como plaza financiera, y en Argentina todos aplaudieron. Pero esa ley jamás va a ser aplicada ni respetada en Estados Unidos. Yo pregunto, ¿cuando Argentina emita deuda en el exterior, va a seguir aceptando la jurisdicción de Estados Unidos? Van a volver a decir que otra cosa no se puede hacer. Si se acepta esto, ¿a dónde queda la soberanía?”.