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“Pongo las manos en el fuego por ella. De 1 a 100, es un 100 por ciento decente”, aseguró Sergio Massa, director de la ANSeS, en alusión a Cristina González, la gerente de Recursos Humanos de ese organismo, que según la denuncia anónima es la presunta responsable de la serie de despidos en apariencia innecesarios. En el documento de doce carillas en el que personal de la Administración señala presuntas falencias en todas las áreas del organismo, González fue acusada hasta de planificar su autodespido con el propósito de cobrar una doble indemnización generosa e “intentar que se le reconozcan vacaciones no gozadas” durante cinco años, algo que transgrede la normativa vigente y contraría lo dispuesto por ella misma, que intimó al personal a tomar la licencia anual reglamentaria so pena de perder este beneficio. González sigue en su puesto, una decisión que las autoridades de la ANSeS atribuyen a su honestidad. Según esa misma carta, la aludida gerente también habría eludido el congelamiento de vacantes impuesto a la administración pública, designando una quincena de personas para armar un equipo de su confianza, al que luego habría beneficiado con “aumentos del 100 por ciento”. Pero para Massa, Cristina González es simplemente una “dura” que se habría ganado la inquina de los gremios y muchos empleados por su renuencia a sostener supuestos privilegios y cuyo perfil de “funcionaria austera” no armonizaría con el de una transgresora. La discusión sobre las vacantes es general en la administración, donde muchos funcionarios argumentan que designar un pequeño equipo propio es la única manera de romper la inercia burocrática.