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Plan para salir de la crisis
Informe sobre el Sistema monetario, cambiario y financiero, por el Grupo Fénix*.
Dada la importancia y magnitud de las restricciones imperantes es menester diseñar nuevos instrumentos de política para un escenario tan complejo, como establecer un abanico de posibilidades que se adecuen a la actual situación. El primer punto de consenso alcanzado fue la necesidad del diseño de un plan nacional que si bien tenga en cuenta las restricciones, explicite objetivos propios de política económica globales para salir de la crisis. Una vez alcanzado este consenso debemos evaluar la relación con el FMI teniendo en cuenta nuestros propios objetivos, luego de un análisis de costo / beneficio.
Dadas las restricciones expresadas resulta altamente dificultoso tomar medidas de política cambiaria tradicionales, que impliquen la adopción de un ancla ya sea en el sistema cambiario o en el monetario. Hubo amplio consenso en la implementación de una política de flotación sucia, vinculada a una política monetaria que atienda las restricciones cambiarias sin descuidar la necesaria financiación al sector productivo. Se arribó también a un consenso acerca de los grandes costos que tendría tanto flotar libremente, debido a la gran volatilidad del presente escenario macroeconómico, como los que acarrearía la estricta fijación del tipo de cambio, con las limitaciones que conllevaría en manejo de las reservas.
Con el objetivo de ser consistente con la actual restricción financiera y de arribar exitosamente a la política cambiaria planteada, se acordó la necesidad de sostener un régimen de control de cambios lo más estricto posible.
Hubo amplio consenso en diferenciar la paridad suficiente para la competitividad de la producción argentina respecto del tipo de cambio de mercado, a través de los instrumentos necesarios de control cambiario, lo cual contribuiría a la estabilidad de precios y a la recaudación de ingresos tributarios.
Respecto al sistema financiero y monetario, se analizaron las condiciones de funcionamiento de la banca durante la década de los noventa, coincidiendo en que la misma presentó una falta de atención al crédito productivo generada en altas tasas de interés y un desplazamiento de los recursos hacia operaciones especulativas e inversiones en títulos del gobierno. En esta evolución se destacó el proceso de concentración y extranjerización del sistema financiero, lo que coadyuvó a esa debilidad en el financiamiento hacia el sector productivo.
Durante la crisis, se debilitó el sistema regulatorio de los bancos, especialmente en lo relativo a los encajes, y el Banco Central vio restringida su posibilidad de actuar como prestamista de última instancia. Esta función, que se esperaba que cumpliera la banca extranjera, no fue tomada por la misma.
Se coincidió en que la defensa de la moneda nacional resulta un paso inevitable en la consecución de un desarrollo nacional. Se mencionaron como requisitos para fortalecer la moneda nacional mantener los equilibrios fiscal y externo. En el mismo aspecto, se requiere reducir los flujos de capitales externos especulativos.
La regulación del crédito, función de la autoridad monetaria, debe alcanzar al control de su cantidad, pero también al destino y orientación de los fondos, y la regulación del precio del dinero, la tasa de interés. El BCRA debería decidir el nivel de creación primaria de acuerdo a los niveles de actividad de la economía.
Se propone la creación de un sistema bancario que permita el desarrollo de las entidades chicas, regionales y dirigidas a actividades específicas. Para ello, se debe imponer limitaciones a la concentración de lasentidades. Se recomendó utilizar el dinero transaccional en créditos de bajo costo y corto plazo para financiar capital de trabajo.
Se cree necesario que las instituciones funcionen con una política de encajes diferenciados para que se fomente el préstamo a los sectores menos concentrados y a las economías regionales. La regulación prudencial deberá diferenciar positivamente a las entidades que se dedican principalmente al préstamo a las pymes.
Debe establecerse una regulación diferencial para la banca extranjera. La misma debería especializarse en la financiación de las actividades de exportación así como también de las compañías internacionales puesto que, por cuestiones de información asimétrica, el préstamo productivo y el negocio minorista resultan más eficiente cuando son realizados por las entidades nacionales.
Debe fomentarse la banca pública y la banca de fomento, que debería actuar como descentralizador de recursos a bajo costo y largo plazo, ser testigo de productos baratos y competitivos. Se debe crear una banca de fomento con gestión profesional del crédito, entendiendo como tal no sólo a la banca pública sino también a la banca cooperativa, y en algunos casos a la banca regional y local, que por su definición o rango de negocios, atiende a los sectores menos concentrados de la economía.
* Exposiciones de Aldo Ferrer, Mercedes Marcó del Pont, Lucio Simpson, R. Bebczuk, Alfredo García y Roberto Feletti.