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Hoy se cumplen tres años de la fecha en la que el por entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, implementó el llamado “corralito” que restringió el retiro de dinero del circuito financiero. La medida, un intento desesperado por frenar el masivo drenaje de depósitos, rigió a partir del decreto 1570/01 del 1º de diciembre de 2001. Aunque evitó la caída de los bancos, detonó la crisis más profunda de la historia argentina que terminó con la salida del gobierno de Fernando de la Rúa, el estallido de la convertibilidad y la declaración del default de la deuda pública con el sector privado. El 1º de diciembre, Cavallo convocó a una conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda para intentar convencer a la sociedad de que el “corralito” iba a durar sólo 90 días. El efecto inmediato fue una bancarización forzada, a partir del uso masivo de la tarjeta de débito. Un mes después llegarían la devaluación y las restricciones también sobre los plazos fijos, el corralón, medidas implementadas por el nuevo ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov.