ECONOMíA
Calentando motores
“Si ellos tienen problemas con nuestras exportaciones, nosotros también las tenemos con las de ellos”, manifestó el secretario de la Cámara de Comercio Exterior brasileña, Mario Mugnaini. Sus palabras causaron una pequeña conmoción en medio de la disputa entre Argentina y Brasil. El funcionario amenazó con la imposición de restricciones a las importaciones de trigo, ajo, cebolla, vinos y arroz argentinos, en caso de que la administración Kirchner insista con aplicar salvaguardas unilaterales para productos industriales brasileños. Antes de que la discusión siguiera creciendo, cuando hoy arranca el trabajo de las comisiones técnicas para preparar una nueva cumbre del Mercosur, con un encuentro de presidentes los dos días siguientes, otro funcionario brasileño, de la Cancillería, le bajó el tono a la amenaza. Luiz Felipe Macedo Soares, el principal negociador del gobierno de Lula para el Mercosur, sostuvo que “no hay necesidad de decisiones apresuradas o amenazas de ninguno de los dos lados”. Dentro del gobierno brasileño hay una pelea entre el Ministerio de Desarrollo y la Cancillería, con el primero expresando las posiciones más duras y el segundo, las más conciliadoras. Por su parte, el negociador argentino Eduardo Sigal, subsecretario de Integración Económica para América y el Mercosur, consideró que Mugnaini “no se dio cuenta de lo que dijo”. “Le está dando la razón a la Argentina: hay líneas productivas en ambos países que están siendo afectadas y se necesitan mecanismos de emergencia para buscar una solución”, afirmó el funcionario.