[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Fue más un ejercicio intelectual que una propuesta en firme. Pero Luis Mario Castro, responsable de la Comisión de Comunicaciones de AEA, conjeturó acerca de las bondades que tendría reducir la alícuota del IVA del 21 por ciento actual a un 12 por ciento. “¿Cuánto significa una presión del 25 por ciento para un sueldo promedio de 700 pesos?”, se preguntaba el hombre de Unilever, imaginando los beneficios redistributivos de un recorte como aquél. Los supermercadistas propusieron meses atrás un recorte bastante inferior al Gobierno, que se aplicaría sobre la canasta básica de productos, pero el Gobierno finalmente desistió de aplicarlo por la falta de garantías de que ese esfuerzo fiscal finalmente se traslade a precios. AEA ayer reivindicó la idea de recortar los gravámenes sobre las ventas como una forma de mejorar los ingresos de la población. Pero en ningún caso una poda podría pensarse siquiera si es a costa del superávit fiscal, objetivo irrenunciable para la Asociación Empresaria. Y si éste fuera tan generoso que permitiera una rebaja de impuestos, a la hora de elegir los empresarios prefieren que se empiece por eliminar el impuesto al cheque, “tal como prometió el ministro Lavagna”.