La número dos del Fondo Monetario Internacional, la inefable Anne Krueger, lanzó ayer una señal de hacia dónde debe marchar el Gobierno, esta vez al hablar de un tema tan sensible como el corralito bancario. Krueger defendió que el Gobierno vuelva a adoptar el Plan Bonex ideado por Remes Lenicov para canjear los plazos fijos reprogramados. En tanto que rechazó la posibilidad de abrir súbitamente el corralito, una propuesta que sostienen algunos economistas, como el ex presidente del Banco Central Javier González Fraga. Aseguró que su liberación gradual sólo podrá hacerse una vez que se elabore un plan.
“Como respuesta al problema colectivo (la enorme mayoría de los ahorristas busca retirar inmediatamente su dinero) tiene sentido no dejar que todos retiren”, explicó la subdirectora gerente del Fondo, durante una conferencia sobre economía y educación. Si el corralito fuera levantado de manera inmediata “todos perderían”, agregó.
Según Krueger, si el Banco Central emitiera los pesos para que los bancos devuelvan el dinero a los depositantes de cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes), se aceleraría la inflación y terminaría erosionando el valor de los depósitos que no fueron extraídos por los ahorristas. “La alternativa de permitir un acceso inmediato a los fondos podría crear hiperinflación”, advirtió.
Se calcula que hay unos 35.000 millones de pesos en depósitos a plazos fijos reprogramados, mientras que hay unos 27.000 millones de pesos en cuentas a la vista. El canje compulsivo por bonos esta pensado para los depósitos reprogramados, en tanto que la discusión gira en torno a cómo liberar los pesos de las cajas de ahorro y cuentas corrientes. Consultada sobre si Argentina debería regresar al Plan Bonex, Krueger respondió que “las autoridades están trabajando para buscar una manera de hacerlo”.