ECONOMíA › TODESCA CRITICA DURO AL FMI, REMES CONVERSA
“Déjennos trabajar tranquilos”
El Gobierno le contestó con dureza a la subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger, quien el viernes había criticado a la Argentina desde Washington, en una teleconferencia con periodistas. “Cuanto menos hablen, mejor, en la medida que no tengan nada interesante para decir. Que nos dejen trabajar unos días más, que podamos equilibrar la situación económica y social”, reclamó el viceministro de Economía, Jorge Todesca. El cruce generó una polémica que podría entorpecer la visita que el FMI hará mañana al país. Sin embargo, más allá de la disputa con Krueger, Página/12 pudo saber que el ministro Jorge Remes Lenicov se comunicó ayer con el titular del organismo, Horst Koehler, para pedirle la ayuda financiera que considera imprescindible para salir de la crisis.
Con estos antecedentes, el resultado de la misión del FMI es una incógnita. Sin embargo, el Gobierno sabe que su suerte está en manos del Fondo, porque para evitar un colapso total de la economía necesita –según sus cálculos– una asistencia financiera de 30.000 millones de dólares. Las urgencias pasan, ahora, por el estado de los bancos argentinos, que podrían perder 5000 millones de dólares por la devaluación, según los analistas. Por eso, lo primero que harán los enviados del Fondo, una vez que lleguen a Buenos Aires, será ponerse a trabajar en equipo con las autoridades del Banco Central. En ese sentido, el secretario de Finanzas del FMI, Lisandro Barry, confirmó que la visita es “estrictamente técnica para empezar a trabajar en un sector que es absolutamente crítico”.
Precisamente, la decisión de depreciar la moneda argentina en relación al dólar es uno de los temas que más se discute entre los técnicos del FMI y los funcionarios argentinos. El Fondo hubiera preferido la libre flotación del peso, como se encargó de destacarlo el viernes la controvertida Krueger, que para el Gobierno parece asimilarse al asesino que llevaba su apellido en las películas de terror. “El actual régimen cambiario es insostenible a mediano plazo”, dijo la funcionaria del Fondo desde Washington. La respuesta llegó a través de Todesca, quien además de pedirle que “no hable” mientras se halle “a 10.000 kilómetros de distancia, sin un buen conocimiento de la situación”, insistió en que el Gobierno está elaborando “un programa de desarrollo para la Argentina”.
El mismo Todesca recordó que, en los primeros días de la gestión Duhalde, la número dos del Fondo mandó una carta “que era bastante incoherente”. “La señora Krueger, realmente, a los pocos días de llegar al Gobierno, planteó una serie de cuestiones que no se sabían si eran condicionamientos o no, que yo considero que es ofensiva para la República Argentina”, rememoró. Seguramente, la inquina del viceministro de Economía se debe a los terribles augurios que había hecho Krueger el viernes. En aquella oportunidad, dijo que la paridad cambiaria peso–dólar resultaría “insostenible”, y que el plan que encabeza Remes Lenicov también era “insostenible”. No eran declaraciones muy simpáticas para un país que atraviesa la peor crisis económica de su historia.
Todesca ayer aclaró que “estamos trabajando en dirección muy coherente con lo que es un programa consistente y razonable, y francamente no necesitamos que cada dos minutos un funcionario del FMI nos esté diciendo cómo recorrer un camino en el cual estamos hace apenas siete días”. De cualquier forma, el FMI sabe que el gobierno de Duhalde lo necesita, y por eso presionará por la flotación del peso. Porque saben, como dijo Barry, que la Argentina va a necesitar “no sólo el apoyo moral y técnico, sino el apoyo financiero”.