EL PAíS › EL DETERIORO DE LA SITUACION SOCIAL EN EL CONURBANO BONAERENSE

Un pico de pobreza como nunca se vio

El segundo cordón está a punto de cruzar la barrera de pobreza e indigencia que marcó la híper, con la diferencia de que ahora parece permanente. Los planes de emergencia y asistencia.

 Por Laura Vales

Como en la letra del tango, la provincia de Buenos Aires parece hoy más frágil que el cristal. Lo sabe Eduardo Duhalde, que está interviniendo personalmente para desactivar los conflictos que estallan en las intendencias. Lo dijo sin vueltas el nuevo gobernador, Felipe Solá, entre agrios reproches a su antecesor Carlos Ruckauf. Y lo reflejan con crudeza los números: el Conurbano va hacia un pico de pobreza nunca visto desde las hiperinflaciones de 1989 y 1990. Con la recaudación en caída libre y la coparticipación en retroceso, este mes la única forma de pagar los sueldos será completando el 80 por ciento en patacones. La “provincia rica” de la Argentina está sumida en una crisis cuya profundidad todavía no ha terminado de irrumpir.
¿Cuál es el problema más grave del distrito? “El déficit y el endeudamiento”, define uno de los nuevos ministros del gabinete platense. “Y, como consecuencia, la cuestión de los salarios.” La provincia gasta la mitad de su presupuesto en pagar sueldos y jubilaciones, pero las dificultades para reunir ese dinero se agravan mes a mes. Con un déficit de arrastre de 1800 millones, la Nación tuvo que auxiliarla con fondos extras por 400 millones en junio y soltar otro socorro de 300 en octubre.
Existen dos fuentes de donde el Estado bonaerense se alimenta de ingresos: la recaudación propia y la coparticipación. En diciembre, el cobro de impuestos se desbarrancó en un 19 por ciento (según las cifras que da Economía, aunque en las últimas reuniones de Gabinete se mencionó en realidad un 28 por ciento). “Es un efecto del corralito, que profundizó una caída constante durante todo el año –señalaron en esa cartera–; encima, el poco dinero que nos está entrando es casi todo en patacones.” La consecuencia es que esta semana los sueldos se pagarán con una proporción mínima de pesos: apenas el 20 por ciento.
Más pobres y excluidos
Durante el año pasado, 863 mil personas se convirtieron en pobres en el Gran Buenos Aires (se considera pobre a una familia de cuatro integrantes con ingresos menores a 522 pesos por mes). Dicho de otra manera: cada día del 2001, 2366 bonaerenses cayeron desde la clase media hasta quedar ubicados por debajo de la línea de pobreza. En el mismo período, 440 mil personas rodaron desde la pobreza hasta el último escalón posible, donde están los que sobreviven con dos pesos diarios, y entraron a la categoría de indigentes. La información corresponde a un estudio de la Consultora Equis realizado en base a datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares del INdEC.
Si los números de esta nueva pobreza se vuelcan sobre el mapa de Buenos Aires se verá que la zona más crítica es la del segundo cordón del Conurbano, donde está La Matanza (el centro de los piquetes), Florencio Varela (donde en los últimos días 20 mil personas se anotaron en la municipalidad pidiendo planes de empleo), José C. Paz (en la semana hubo manifestaciones de vecinos pidiendo comida), Moreno (uno de los municipios con más saqueos durante el estallido), Quilmes y San Miguel, entre otros. En esa franja, resume Equis, el 53,6 por ciento de los habitantes son pobres y el 17,5 indigentes.
Para Artemio López, titular de la Consultora, “estamos además en el peor de los escenarios, porque a la caída de los ingresos generada por la desocupación se sumará una nueva caída de ingresos por la devaluación. Se están combinando en un solo escenario los tres mecanismos de empobrecimiento históricos: la depreciación de la moneda, el aumento del desempleo y la caída de ingresos”.
Trabajos de agitación
Sobre ese fondo de extrema necesidad y frustración se está viendo un clima de mayor tensión política y relajamiento institucional. Vale la pena tomar dos o tres casos concretos:
u El jueves, un grupo de puesteros del Mercado Central (como se sabe, los puestos son manejados históricamente por punteros del PJ) apoyados por changarines se amotinaron y exigieron el cambio de todo el directorio. Apenas se desató el conflicto, Duhalde pidió que lo comunicaran con el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, para saber qué estaba pasando y pedirle que fuera personalmente al lugar para desactivarlo. Apenas unos días antes, el Presidente había intervenido para frenar la destitución del jefe comunal de Bragado a manos de los concejales del PJ, en mayoría y envalentonados por el ascenso al poder del peronismo. Dicen los frepasistas de Lomas de Zamora que Duhalde también se ocupó de respaldar la restitución de Edgardo Di Dío, realizada de la misma manera.
u En los municipios más pobres también hay un mayor nivel de tensión y violencia latente entre la izquierda dura y los intendentes peronistas. En algunos casos no tan latente: el jueves 3 en José C. Paz, a pocas cuadras de la municipalidad gobernada por el justicialista Mario Ishii, un grupo de militantes del Partido Obrero que repartía su revista fue asaltado y golpeado por una patota del PJ. Uno de los jóvenes terminó internado en el Hospital Mercante por los palazos en la cabeza.
Los intendentes del PJ se quejan de que en lo que va de enero tienen “todos los días una nueva marcha o toma de edificios de los sellos de izquierda” (la frase fue repetida por tres jefes comunales). “En siete días vinieron tres veces en manifestación (frente a la sede comunal)”, dijo uno de ellos. “Yo no tengo nada más que darles, pero siguen viniendo. La semana pasada se metieron de prepo en Edenor y rompieron todo. Vienen a cobrarse revancha por lo del Congreso (en alusión al enfrentamiento entre la izquierda y el PJ el día de la designación de Duhalde como presidente); están en una pulseada y no les voy a aflojar.”
Este diario también consultó a los militantes aludidos. “Tenemos un planteamiento político de que frente a esta situación no hay salida y eso hace que la lucha tome otros matices y otro cariz”, dijeron a Página/12. “Aquí nos están haciendo cosas concretas: nos mandan cajas de alimentos sin leche y a las madres que se quejan les exigen que acrediten con un certificado médico que tienen al hijo desnutrido. Entonces, es lógico que haya más actividad.”
u Finalmente, hay denuncias de que grupos de desconocidos están recorriendo villas y asentamientos divulgando falsamente que en tal o cual municipio está anotando aspirantes para los planes de empleo. El resultado, como se adivinará, son pequeños caos en los que la gente sólo acumula más indignación.
El ajuste
Acorralada por el déficit, la gobernación emprende por estas horas un nuevo ajuste que implica la baja de 10.000 contratos en la administración pública. La reforma del Estado se presentó públicamente como “un recorte sin despidos”, porque la decisión es no tocar a los empleados de planta permanente y apuntar en cambio al llamado gasto político. “Solamente en contratos temporarios, de esos que en realidad sirven para ‘hacer caja’, se iban más de 120 millones de pesos por mes”, aseguraban en La Plata el viernes. La tijera incluye la eliminación de 1000 teléfonos celulares, la restricción en el uso de autos oficiales y la suspensión de las comisiones de los agentes estatales, con lo que se busca dar una fuerte señal hacia la sociedad.
“Es que en esa relación hay que recomponer dos cosas”, apuntó uno de los ministros. “Por un lado, es muy difícil exigir espíritu de trabajo a los propios empleados de planta, porque es la gente que está viendo todos losdías situaciones de abuso. Pero también estamos pensando en los contribuyentes que dejaron de pagar los impuestos.” Como se sabe, en esa decisión no sólo juega la falta de efectivo sino un ingrediente de hartazgo que algunos traducen como desobediencia civil. “Convencerlos de que vuelvan al sistema en un contexto de descreimiento, con hospitales que no funcionan y escuelas públicas en crisis”, conceden en La Plata, no a va a ser trabajo de un día.

Compartir: 

Twitter

Cada día del 2001, 2366 bonaerenses cayeron de la clase media a la línea de pobreza.
A la vez, 440 mil personas rodaron de la pobreza a la indigencia: viven con dos pesos por día.
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.