Jueves, 5 de junio de 2008 | Hoy
EL MUNDO › UNOS SETENTA MIL PROFESORES RECHAZARON LA LEY DE EDUCACIóN CHILENA
En un noventa por ciento de los colegios públicos hubo adhesión al paro. Los estudiantes secundarios, conocidos como los “pingüinos”, se manifestaron por el centro de la capital.
Más de 70 mil profesores chilenos se declararon en huelga ayer y paralizaron el 90 por ciento de los colegios públicos de todo el país. Al mediodía y a pesar de la lluvia torrencial, las plazas de las grandes ciudades empezaron a llenarse de profesores, alumnos con sus uniformes y estudiantes universitarios. Los pingüinos ya no estaban solos en su reclamo por una mejor ley nacional de Educación. En Santiago, a apenas unas cuadras del Palacio La Moneda, unas ocho mil personas colmaron la Plaza de las Armas para ganar la atención de la presidenta Michelle Bachelet. “Les decimos al gobierno y a los legisladores que si aprueban la ley se van a estar metiendo en un gran problema”, advirtió desde el palco el vocero de la asamblea de estudiantes secundarios y universitarios, Rodrigo Soto.
Las plazas llenas, las aulas vacías y las rutas cortadas a causa de otro conflicto nacional –el de los camioneros que se oponen al aumento de los combustibles– pusieron de mal humor a la presidenta. Bachelet tuvo que sortear las manifestaciones desde temprano para poder ir desde La Moneda hasta Limache, Valparaíso, donde tenía que inaugurar un nuevo tramo de una ruta regional. Durante el acto no disimuló su disgusto. “Queremos construir un Chile, un país donde siempre creemos que deben anteponerse los intereses colectivos por sobre los intereses grupales o individuales, un país donde el acuerdo y no las presiones nos permitan avanzar”, dijo.
La mandataria no mencionó a nadie en particular, pero en la sede del Colegio de Profesores sus palabras no cayeron bien. A pesar del malestar los dirigentes docentes prefirieron no entrar en una confrontación con la presidenta. Para ellos lo importante ayer fue el paro.
Según sus cifras, de los 80 mil profesores que representan, más de 70 mil no fueron a dar clases. Se trata de los docentes de los llamados colegios municipalizados, los más vapuleados por el sistema educativo que creó Augusto Pinochet durante la dictadura y que se mantienen hasta la actualidad. Estas escuelas, primarias y secundarias, sólo reciben fondos del Estado, los cuales son administrados a discreción del intendente del municipio al que pertenezcan. Con profesores mal formados y sobrecargados, menos de un cuarto de los alumnos que se reciben allí logran graduarse en la universidad.
“Son los colegios adonde van los pobres o los chicos con bajo rendimiento, que fueron rechazados en el resto de los colegios privados, que también son subvencionados por el Estado”, explicó a este diario el ex presidente del Colegio de Profesores y uno de los dirigentes que ayer encabezó la marcha a la Plaza de las Armas, Jorge Pávez. Por eso, ayer en sus discursos y sus pancartas, los estudiantes no sólo les pedían a Bachelet y al Congreso una educación pública de calidad, sino que el Estado nacional garantizara la igualdad de condiciones para todos los jóvenes, en todos los municipios, en todo el país.
A pesar de la excitación que inundó ayer a los profesores, que hacía casi tres años que no salían en masa a protestar, para los estudiantes la jornada estuvo otra vez teñida por la represión de los carabineros. Mientras los docentes se congregaron directamente en la plaza, los estudiantes secundarios y universitarios marcharon primero por la Alameda e intentaron pasar por el Ministerio de Educación. Los carabineros les cerraron el paso y los obligaron a desviarse a la plaza de Almagro.
“Un grupo se enojó porque no nos dejaban seguir hacia donde nos estaban esperando los profesores y empezaron los forcejeos”, contó Maximiliano Mellado, uno de los dirigentes estudiantiles que lideró hace dos años la llamada revolución de los pingüinos, que terminó con las renuncias de dos ministros y la promesa de la Bachelet de consensuar una nueva ley de Educación. Hubo piñas, gases lacrimógenos, carros hidrantes y más de una docena de detenidos, pero finalmente los estudiantes lograron pasar. Minutos antes, los carabineros habían detenido a un docente en la puerta de la Universidad de Chile, lo metieron dentro de una patrulla y lo molieron a golpes. Anoche, en el Colegio de Profesores no sabían si seguía detenido o si lo habían llevado a un hospital.
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