Uno acaba de asumir la Presidencia y el otro está por dejarla. Los mandatarios de Paraguay y Estados Unidos, Fernando Lugo y George Bush, se reunieron el lunes para garantizar que la buena relación entre los dos países se mantendrá, más allá de los cambios de gobierno. “Es muy importante resaltar ante el mundo la importancia de las instituciones democráticas”, señaló el ex obispo al explicar su visita. Ultimamente no hay muchos mandatarios ansiosos por sacarse la foto junto al impopular presidente saliente de la superpotencia. Por eso, Bush no fue más que elogioso con Lugo. “Tiene un corazón grande y está muy comprometido con el pueblo de su país”, dijo en su español texano. El mandatario estadounidense, que estuvo acompañado por su secretaria de Estado Condoleezza Rice y el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley, prometió enviar ayuda para los proyectos en las áreas de Educación y Salud que impulsa el nuevo gobierno paraguayo.