EL MUNDO › CUARTA SUSPENSION DE LA AUTONOMIA DEL ULSTER
Un camino hacia ninguna parte
Irlanda del Norte inició un período de incertidumbre tras anunciarse ayer la suspensión de la autonomía norirlandesa, la cuarta desde la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo el 10 de abril de 1998. En una conferencia de prensa convocada en el castillo de Hillsborough, en las afueras de Belfast, el ministro británico para el Ulster, John Reid, comunicó la suspensión de la autonomía a partir de la pasada medianoche y por un período indefinido. La medida ha sido tomada en respuesta a la crisis surgida por el supuesto espionaje político del Ejército Republicano Irlandés (IRA) en el edificio de Stormont, sede de las instituciones autónomas.
Al hacer el anuncio, el ministro dijo que “ha llegado el momento de elegir entre la violencia y la democracia”. Al mismo tiempo, Reid comunicó el nombramiento de los diputados Angela Smith e Ian Pearson como nuevos miembros de su Ministerio para ocuparse de los asuntos diarios de la provincia. Reid, quien hoy hará una declaración en el Parlamento británico, dijo que espera conversar con el ministro principal de la provincia, el unionista David Trimble, y con el “número dos” en el gobierno autónomo, el nacionalista Mark Durkan, la próxima semana. También espera hacerlo con representantes del gobierno irlandés antes de dialogar con otros partidos de la provincia.
Según el ministro, se espera mantener la celebración de las elecciones a la Asamblea norirlandesa para el próximo mes de mayo, siempre que se consiga antes el reestablecimiento de la autonomía. El titular para el Ulster dijo que su mensaje para los grupos paramilitares es que “no tienen autoridad, ni legitimidad, ni moralidad ni base política” para continuar con las armas. “No hay legitimidad para el uso de la violencia y pediría a la gente que reflexione sobre esto porque creo firmemente que todos los partidos quieren que este acuerdo (de paz) funcione”, añadió. Poco después de anunciarse la suspensión de la autonomía, los primeros ministros británico e irlandés, Tony Blair y Bertie Ahern, respectivamente, dieron a conocer un comunicado en el que piden a todas las partes un compromiso “inequívoco y definitivo” con la paz. Y el presidente norteamericano George W. Bush encontró la suspensión “plenamente justificada”.