La prestigiosa ONG de derechos humanos Human Rights Watch presentó ayer un informe sobre derechos humanos en Marruecos. La novedad fue que, por primera vez, se dieron a conocer relatos de refugiados saharauis en Tinduf, al sudoeste de Argelia, que controla el Frente Polisario, que lucha por la independencia del Sahara occidental de los marroquíes.

Pese a que el documento es crítico con Marruecos y relativamente benévolo con el Polisario, Human Rights Watch fue autorizada a presentarlo en un hotel de Rabat, la capital marroquí. Fue una multitudinaria y tensa conferencia de prensa con periodistas locales, saharauis pro marroquíes, las presidentas de las principales ONG de defensa de derechos humanos del país y diplomáticos.

Los informes sobre el Sahara son escasos y además no siempre salen a la luz. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos elaboró en 2006 un estudio que nunca se hizo público atendiendo al veto de Marruecos. Funcionarios de la organización lo filtraron, no obstante, a la prensa.

El de HRW aporta una novedad. Da los nombres de los tres policías a los que “muchas víctimas saharauis de la violencia policial” en El Aaiún atribuyen “las palizas y los abusos” que padecieron hasta 2007: Ichi Abou Lhancen, Mustafa Kamour y Anouch Aziz. Dos de ellos ya no están destinados en la capital del Sahara.

El informe denuncia “juicios y encarcelamiento con cargos falsos” de activistas saharauis previamente sometidos a “detenciones arbitrarias y palizas”. Las sentencias condenatorias “son de hasta tres años de prisión, más cortas que las dictadas en el período anterior” (el reinado de Hassan II). Por eso “la mayoría de los activistas pro independencia están en libertad aunque siempre hay unos cuantos encarcelados”. El problema en la ex colonia española empieza, según la ONG, con las leyes marroquíes “que penalizan los ataques contra la integridad territorial. Este concepto amplio y difuso da pie a reprimir todo tipo de actividad y expresión política pacífica cuando se opone a la línea oficial”.