Lunes, 12 de enero de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL PREMIER EHUD OLMERT DIJO QUE ISRAEL LOGRO “CASI TODOS LOS OBJETIVOS”. LAS VICTIMAS SUPERAN LAS 900
En la ciudad de Sheikh Aijleen, al sur, las estrechas callejuelas fueron escenario de combates cuerpo a cuerpo. Israel declaró que alcanzó más de 60 blancos con su fuerza aérea. Egipto abrió su frontera con Gaza para que ingrese la ayuda humanitaria.
Por Donald Macintyre y
Kim Sengupta *
Desde Jerusalén
Al menos 38 palestinos murieron ayer cuando tropas y tanques israelíes llevaron por primera vez los combates hacia los suburbios de la ciudad de Gaza. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, declaró que su ejército estaba “cerca” de cumplir con todos los objetivos trazados.
Pero dado que Amos Gilad, alto funcionario de Defensa israelí, se está preparando para retornar a El Cairo para proseguir con las conversaciones de paz, el premier se cuidó de no poner fecha alguna para la finalización de una ofensiva que ya costó la vida a más de 900 palestinos. En lugar de ello, se limitó a señalar que todavía se necesita de mucha paciencia, determinación y esfuerzo para alcanzar los objetivos fijados por Israel a fin de cambiar la realidad de seguridad para los habitantes del país.
Ayer, los combates se intensificaron, llegando hasta la ciudad costera de Sheikh Aijleen, al sur de la ciudad de Gaza, luego de 24 horas de disparos de artillería y bombardeos aéreos. Las estrechas callejuelas fueron escenario de combates cuerpo a cuerpo, cuando milicianos de Hamas y de otros grupos armados hicieron frente a tropas israelíes de infantería que penetraron en el área con el apoyo de una columna de blindados. Cuando éstas se retiraron, luego de horas de tiroteos, las ambulancias recogieron de las calles los cadáveres de doce combatientes palestinos.
Al mismo tiempo, pero en el norte, 8 miembros de la familia Abed Rabbo murieron cuando un proyectil de tanque alcanzó su casa, en la ciudad de Jabalia. Israel declaró que, a pesar del fuego cruzado entre las tropas terrestres, alcanzó más de 60 blancos con su fuerza aérea, incluyendo un escuadrón de milicianos responsables del lanzamiento de dos cohetes Grad, que impactaron en Beersheba. Además una mezquita fue reducida a cenizas en la localidad de Rafah, al sur de la Franja, ya que según el ejército de Israel era utilizada por los grupos armados como arsenal.
Otros blancos fueron los ministerios de Cultura y de Asuntos para las Mujeres, todos ellos refugio para “terroristas” según Tel Aviv. Todo el área fronteriza del sur fue atacada para continuar con la destrucción de los túneles subterráneos que atraviesan el territorio hacia Egipto. De acuerdo con fuentes militares, también fue bombardeada la vivienda de Ahmed Yabri, el jefe del brazo armado de Hamas –las Brigadas de Ezzedin Al-Kasam–, que como el resto de los líderes del movimiento islamista pasó a la clandestinidad al iniciarse la ofensiva israelí. A pesar de ello, se reportó el impacto de más de 20 cohetes en el sur de Israel.
Maxwell Gaylard, coordinador de la ONU para los territorios palestinos, dijo que la población civil está aterrorizada, hambrienta y profundamente desesperada. Las bajas civiles palestinas son una buena parte del número total. Los niños y menores de 18 años muertos bajo fuego israelí alcanzan ya los 300, según cifras del Ministerio de Salud en Gaza. Hasta ahora, los refugiados en los campos de la ONU suman 30.000 personas. Se estima que otros cientos de miles dejaron sus casas en busca de un lugar más seguro.
Por su parte, Egipto abrió ayer por la tarde su frontera con Gaza para permitir el ingreso de ayuda humanitaria y médicos árabes, según informaron fuentes de Hamas. “Catorce médicos, ocho camiones con medicinas y otros ocho llenos de ayuda humanitaria entraron hoy en la Franja”, señaló Abdel Zorob, portavoz del movimiento islamista Hamas. Es la primera vez desde que empezó la ofensiva israelí que Egipto abre el cruce de Rafah, cerrado en junio de 2007 luego de que los últimos funcionarios leales a la Autoridad Palestina (AP) fueron expulsados por el movimiento islamista.
En momentos en que la ofensiva continúa, resulta claro que las conversaciones de paz ya ni siquiera aspiran al despliegue de una fuerza internacional en la región sino, a lo sumo, a que Egipto se haga cargo de su frontera con Gaza usando sus propias fuerzas, quizás apoyado por tropas estadounidenses y algunos técnicos alemanes que colaboren para acabar con el contrabando de armas hacia el enclave palestino.
Por lo tanto, la principal esperanza para detener esta operación sin precedentes en Gaza es un acuerdo entre Israel, Egipto y la Autoridad Palestina (AP) según el cual los israelíes se comprometan a un cese del fuego y un retiro de sus tropas a cambio de una garantía egipcia sobre el control de la frontera.
Si a pesar de ello Hamas continúa con sus ataques, el ejército israelí comenzaría de nuevo sus operaciones, solo que esta vez, estiman los funcionarios de Tel Aviv, con muchas menos críticas internacionales. Matan Vilnai, viceministro de Defensa, dijo que la operación está cerca del fin. Mark Regev, vocero de Ehud Olmert, señaló a su vez que el gobierno decidió continuar con la campaña militar sobre Hamas al mismo tiempo que mantiene negociaciones diplomáticas a fin de incrementar la presión sobre el movimiento islamista.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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