La reanudación del suministro de gas ruso a los europeos seguía completamente bloqueada anoche después de que Moscú acusó con virulencia a Kiev de boicotear un acuerdo firmado por las dos capitales para permitir el despliegue de observadores encargados de controlar el fluido. “Estamos obligados a considerar ese documento firmado como nulo y sin valor para nosotros”, declaró el presidente ruso Dimitri Medvedev, acusando a Ucrania de haber añadido una mención manuscrita titulada “Declaración a continuación” sobre el texto ya firmado por Moscú. Como prueba de ello, la televisión rusa mostró un documento presentado como el texto del acuerdo firmado por Rusia, Ucrania y la Unión Europea en el que podía verse un agregado manuscrito.

En consecuencia, Medvedev ordenó al gobierno no aplicar el acuerdo con la Unión Europea para el despliegue de observadores encargados de vigilar el tránsito del gas ruso a través de Ucrania hacia Europa. Por su parte, la comisión europea, sin divulgar el contenido de la declaración ucraniana, estimó que ello no cambiaba nada en el contenido del acuerdo firmado con Kiev y Moscú, contrariamente a lo que afirman los dirigentes rusos. “Consideramos que esta declaración no cambia nada en el acuerdo sobre la reanudación del tránsito del gas a través de Ucrania. Esos suministros deben reanudarse como estaba previsto, tan pronto sea posible”, declaró un portavoz del organismo, Ferran Tarrabellas, al comentar el súbito bloqueo ruso. Según Bruselas, la frase escrita a mano sobre el texto del acuerdo sólo implica que Ucrania se disponía a hacer una declaración.

La interpretación rusa fue diferente. “Pienso que quienes firmaron ese documento con reservas deben entender las consecuencias legales de sus acciones”, dijo Medvedev, según la televisión de su país. El gobierno ucraniano ya aceptó firmar de nuevo el acuerdo, esta vez sin añadidos.