Barack Obama estableció ayer niveles más ajustados para autos, borrando cualquier duda sobre sus planes para poner la agenda verde en el centro de su presidencia. Apareciendo por primera vez en el Salón Este de la Casa Blanca, Obama dijo que estaba instruyendo al nuevo jefe de la Agencia de Protección Ambiental para que reconsiderara las leyes de la administración Bush que bloqueaban un pedido californiano para imponer límites más restrictivos a las emisiones sobre los vehículos livianos.

Parece seguro que la agencia le dará a California una exención para permitirle imponer niveles más severos que aquellos establecidos a nivel federal. Por lo menos 13 otros estados, incluyendo Nueva York y Nueva Jersey le seguirían los pasos. La movida apunta claramente a enviar el mensaje que Obama se comprometerá con el activismo ambiental con un entusiasmo no visto en el gobierno de Estados Unidos en los últimos ocho años, quizás nunca. Y lanza el mensaje no sólo en términos de proteger al planeta sino también por la seguridad nacional y económica.

“Será la política de mi administración revertir nuestra dependencia del petróleo extranjero mientras construimos una nueva energía económica que creará millones de empleos”, dijo. La iniciativa de que Estados Unidos sea independiente energéticamente –una meta ambiciosa– forma parte del plan de estímulo económico de 825 mil millones de dólares que Obama está tratando de venderle al Congreso, contra alguna resistencia. Con la ceremonia televisada de ayer, Obama también mandó un mensaje a sus aliados de que los años de Estados Unidos de no prestar atención a los esfuerzos internacionales para recortar las emisiones y combatir el calentamiento global, habían terminado.

“Nos gustaría dejar claro para el mundo que Estados Unidos está listo para llevar la delantera”, dijo mientras su secretaria de Estado, Hillary Clinton, se estaba preparando para nombrar un nuevo enviado especial para el cambio climático. El puesto lo tendrá Todd Stern, quien aconsejó al ex presidente Bill Clinton sobre el calentamiento global y estaba muy involucrado en el Tratado de Kioto y en las negociaciones de Buenos Aires de cambio climático. “Los días en que Washington arrastre los pies han terminado. Mi administración no negará los hechos. Nos guiaremos por ellos”, dijo Obama, en referencia a la conducta de la Casa Blanca de Bush, que cuestionaba el vínculo trazado por los científicos entre el cambio climático y la actividad humana. “Por el bien de nuestra seguridad, nuestra economía y nuestro planeta, debemos tener el coraje y el compromiso de cambiar”, dijo Obama.

Revertir la política de Bush se ha convertido en un sello de la presidencia Obama. Antes que terminara su primera semana en funciones, ha repudiado las políticas de su predecesor al dar un paso para cerrar Guantánamo, establecer límites a la tortura, cerrar las cárceles secretas de la CIA y reafirmar los derechos de la familia a acceder al aborto. Sobre las emisiones de los autos, dijo que Washington había obstaculizado a California que hace mucho tomó el liderazgo en Estados Unidos para frenar la contaminación del aire y la polución. El gobernador Arnold Schwarzenegger le escribió a Obama pidiéndole que libere a California para que pueda comenzar a recortar las emisiones.

Obama también le ordenó al departamento de transporte ayer que para marzo emita las reglamentaciones que ayudarán a la industria automotriz a cumplir con una ley aprobada por el Congreso el año pasado diseñada para aumentar los niveles de millas por galón en los autos nuevos a tiempo para el modelo del año 2011. La administración Bush descuidó trabajar sobre reglamentos específicos sin los cuales es difícil promulgar la ley, que pretende cumplir con un 40 por ciento del desempeño en el millaje en autos para 2020.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.