Desde Madrid

El máximo jefe militar de ETA fue arrestado en Francia ayer por la mañana, en una operación conjunta franco-española que produjo otras ocho detenciones y asestó un duro golpe a la más intransigente de las organizaciones armadas separatistas de Europa.

Jurdan Martitegui, la tercera figura de peso de la organización vasca en ser arrestada en los últimos cinco meses, fue detenido cuando se dirigía a un encuentro en la sureña ciudad francesa de Perpiñán.

Según las autoridades, Martitegui se encontraba entrenando nuevos comandos desde Francia para cometer atentados en España. La policía le incautó tres pistolas y material para armar bombas. Otras seis personas fueron arrestadas en el País Vasco como parte del mismo operativo.

Martitegi, de 28 años, se había escapado a Francia tras la emisión de una orden de detención en su contra en España, en relación a una serie de ataques terroristas en el 2007, incluyendo la muerte de un policía.

Junto a Martitegui, la policía también detuvo a Alex Uriarte Cuadrado, quien se dirigía al encuentro con su jefe sin darse cuenta que la policía lo venía siguiendo desde el otro lado de la frontera en base a órdenes precisas del juez Baltasar Garzón.

La policía española cruzó los Pirineos y articuló la operación con sus colegas franceses, quienes, a su vez, habían estado siguiendo a Martitegui y al militante vasco Gorka Aspitarte cuando éstos se dirigían en un vehículo robado con patente falsa a la pequeña ciudad de Montauriol, ubicada al pie de los Pirineos al sudoeste de Perpiñán.

La cooperación entre la policía española y su contraparte francesa, fortalecida desde el 2007 cuando se le permitió a los españoles operar en suelo de sus vecinos del norte, resultó fundamental para el éxito de la operación. Desde noviembre del año pasado se detuvieron a tres líderes de la cúpula de ETA, todos ellos en suelo francés.

Este nuevo nivel de cooperación, tras décadas de mutua desconfianza en cuanto a como lidiar con los separatistas habitualmente refugiados en Francia, comenzó durante la gestión de Nicolás Sarkozy como ministro del Interior. Para esta operación, Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior español, estuvo en permanente contacto telefónico con su par francés, Michelle Alliot Marie.

El antiguo líder militar etarra, Aitzol Iriondo, había sido arrestado en Francia en diciembre pasado, sólo tres semanas después que su predecesor, Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, quien también fue capturado en un operativo conjunto.

Todos ellos eran considerados militantes de la línea dura opuestos al cese al fuego de nueve meses que había mantenido el grupo y que terminó con los atentados en el aeropuerto de Madrid en diciembre del 2006, causando la muerte de dos personas.

Según parece, los etarras ya no cuentan con la benevolencia de ciertos grupos militantes que antes los apoyaban. En estos momentos, existiría una tensión al interior de la organización entre aquellos que querrían resucitar el diálogo político con el gobierno en Madrid interrumpido tras los atentados y quienes desean persistir con la actual política de atentados.

En todo caso, el ministro español Rubalcaba no dejó dudas al respecto. “El diálogo es una cosa del pasado, y el pasado nunca vuelve. La única pregunta es si ETA se detendrá por la fuerza o por propia voluntad.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.